El cuerpo humano es agua en un 55-60%, un elemento fundamental para la vida. El agua tiene diferentes funciones en el organismo de un ser humano: por supuesto, forma parte de la sangre, encargada de llevar los nutrientes y el oxígeno hacia las distintas partes de nuestro cuerpo. El agua en nuestro cuerpo también tiene la función de lubricar las articulaciones, nutrir al cerebro y la médula espinal y, una de las funciones más importantes y que todos conocemos, la de la termorregulación o mantenimiento de la temperatura ideal del cuerpo. Por eso es tan importante que mantengamos una buena hidratación en verano.
En los meses de verano, cuando hace más calor y suben las temperaturas, nuestro cuerpo debe activar los mecanismos de termorregulación para mantener una temperatura ideal: uno de estos mecanismos es la sudoración. El cuerpo, ante las altas temperaturas, solicita la producción de sudor, formado por agua y sales minerales, que nos ayuda a bajar la temperatura corporal y a mantenernos refrigerados. Se calcula que un adulto puede perder alrededor de 1,5 litros de agua a la hora cuando está produciendo sudor. Y es importante que repongamos ese agua para recuperar el equilibrio en nuestro cuerpo.
Ideas para hidratarnos en verano
Debemos ser conscientes de que la mejor forma de mantenernos hidratados, por delante de cualquier otra fuente de hidratación, es beber agua: ni bebidas azucaradas, ni bebidas reponedoras (en el caso de que no seamos deportistas), ni por supuesto bebidas alcohólicas. En España, además, contamos con un buen sistema que nos permite beber agua del grifo en prácticamente cualquier lugar del país. Beber agua es la mejor manera de asegurarnos una buena hidratación en los meses de verano (y durante todo el año).
La otra gran fuente de agua para nuestro organismo se encuentra en los alimentos, de los que solemos obtener al menos una quinta parte del agua que necesitamos en verano. Los alimentos que contienen una mayor cantidad de agua y que pueden favorecer nuestra hidratación son las frutas y verduras, sobre todo las de temporada: no en vano, la sandía, una fruta que solamente encontramos en los meses de más calor, es la que más agua contiene en su interior, con un 95% de contenido hídrico.
Saborizar el agua de manera natural
¿Cómo podemos utilizar el agua y las frutas y verduras a nuestro favor para mantenernos hidratados? Hay muchas personas a las que les cuesta mucho beber todo el agua que necesitan al día, y que incluso no beben cuando tienen sed. En su caso una de las mejores cosas que podemos hacer es saborizar nuestro agua de forma natural. En una botella grande, de al menos litro y medio, podemos introducir rodajas de nuestras frutas favoritas para darle un toque de sabor: esto funciona muy bien sobre todo si optamos por cítricos como naranja, limón, pomelo, etc. También podemos optar por meter las rodajas de frutas congeladas (dejándolas la noche anterior en el congelador) o hacer cubitos de hielo casero con la fruta en su interior.
Otra manera de saborizar nuestro agua, muy agradable en verano, es añadiendo un poco del zumo natural de la fruta a nuestra botella. Así podemos hacer una limonada casera muy ligera utilizando solo un litro y medio de agua y el zumo de medio limón (escoge limones de zumo, que contienen una mayor cantidad). Si la limonada nos queda demasiado ácida y no queremos sumar muchas calorías, podemos optar por añadir unas gotas de estevia o de edulcorante líquido.
Los smoothies: el tentempié perfecto
Consumir la fruta entera, con la piel y la pulpa, es una de las mejores decisiones que podemos tomar (no solo en verano, sino en cualquier época del año), y para ello los smoothies son una buena opción en la época estival. A diferencia de los zumos, en los que desechamos la cáscara y la pulpa de la fruta, para elaborar los smoothies utilizamos la fruta entera, de modo que conservamos toda la fibra y los nutrientes. La textura de estos smoothies, evidentemente, será mucho más firme y espesa que la de un zumo.
Para elaborar nuestros smoothies de verano lo mejor es que aprovechemos la fruta de temporada y de proximidad: solo tenemos que cortarla, meterla en el vaso de nuestra batidora (busca una que no caliente el producto cuando está batiendo o que tenga potencia suficiente para picar hielo), añadir una base líquida como agua, leche o alguna infusión como el té verde, introducir verduras o frutos secos al gusto, si es que lo deseamos, y batir. De esta manera estaremos consumiendo la fruta entera, una buena cantidad de agua con mucho sabor y tendremos una buena opción para consumir frutas y verduras a la hora de la merienda o a media mañana.
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