Nutrición

¿Qué edulcorante es mejor para el café?

Los edulcorantes son seguros para la salud, pero unos son preferibles a otros, sobre todo por el sabor.

Según un nuevo estudio publicado en la revista Nutrición Hospitalaria, los edulcorantes bajos o sin calorías son seguros y no están implicados en la aparición de enfermedades no transmisibles, a pesar de que existan estudios que indican que los edulcorantes podrían estar detrás de algunos casos de cáncer.

Los edulcorantes bajos o sin calorías se llevan utilizando de forma segura desde hace más de un siglo y no existe evidencia epidemiológica con la aparición de enfermedades no transmisibles.

Según las conclusiones obtenidas en el este estudio por la autora, Pilar Riobó, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz:

Los alimentos o bebidas donde el azúcar ha sido sustituido por edulcorantes bajos o sin calorías pueden ayudar a mantener un peso saludable y también a reducirlo, siempre y cuando quien los consume tenga una estilo de vida saludable, realice alguna actividad física, y lo más importante, no tome un exceso de calorías como compensación a estos alimentos.

Edulcorantes como el aspartamo o el ciclamato (empleados en los refrescos light) o la sacarina, son totalmente seguros. También son de gran utilidad en personas con diabetes, y, habida cuenta de que muchos de los edulcorantes no derivan del azúcar, resultan muy útiles para prevenir el desarrollo de caries, ya que no constituyen un sustrato para las bacterias que las originan.

La Asociación Americana de Diabetes, publica anualmente en su revista «Diabetes Care» las recomendaciones actualizadas sobre todos los aspectos de la enfermedad, que son seguidas por los mejores especialistas de todo el mundo. En concreto, se han aprobado cinco edulcorantes no calóricos: aspartamato, sacarina, acesulfamo potásico, neotame y sucralosa.

El idóneo para el café

Teniendo en cuenta que cada producto aporta cierto gusto particular a la bebida, en general el preferido es el azúcar, sobre todo porque ya estamos universalmente acostumbrados a él. Pero hay excelentes sustitutos para el azúcar que podemos usar cotidianamente en el café.

El aspartamo es un edulcorante de bajo contenido calórico, que se utiliza en numerosos productos como alimentos y bebidas envasadas, descubierto en 1965. El poder endulzante del aspartamo es 200 veces más potente que el azúcar, por lo que con una pequeña cantidad proporciona fácilmente a los alimentos y bebidas el gusto deseado.

La sacarina fue sintetizada en 1878 y se utiliza normalmente en pastillitas o en sobres monodosis, aunque también se pueden encontrar presentaciones en líquido. Hasta hace muy poco, era el edulcorante más usado en el café.

La stevia es el último producto de moda en materia de edulcorantes para el café. El nombre de stevia viene del apellido Esteve, un médico y explorador que la encontró en Paraguay en el año 1550. Como edulcorante, tiene una potencia de entre 250 a 400 veces mayor que la sacarosa o azúcar. En general lo que se comercializa es el glucósido de esteviol, que también se encuentra en forma de líquido o gotas diluidas, para endulzar yogures y productos similares.

A pesar de que la stevia se ha estado vendiendo en Japón durante casi 40 años, no fue sino hasta 2008 que en Estados Unidos se aprobaron los productos con esta planta como un aditivo de la comida, lo que hizo que se pusieran rápidamente de moda. En la Unión Europea se aprobó en 2011. Una de sus ventajas, frente a la sacarina, por ejemplo, es su estabilidad a altas temperaturas, lo cual también lo convierte en un edulcorante perfecto para cocinar.

Finalmente, sin embargo, deberemos escoger uno u otro edulcorante en función del sabor que nos seduzca más. En el caso de la stevia, su sabor se describe con frecuencia como un regusto a anís, que puede ser agradable para algunos pero no tanto para otros: y es que ya se sabe, «para gustos, los colores».