Un mal movimiento te ha dejado un dolor de espalda que no te ha permitido llevar una vida normal en los últimos días. Cuando decides ponerle punto final, se te presenta una dilema: a quién acudir ¿a un fisioterapeuta o a un osteópata? Si no tienes claro cuáles son las diferencias entre estas dos disciplinas de la medicina, a continuación te lo aclaramos.
Cuando decides buscar la ayuda de un fisioterapeuta o de un osteópata, lo haces buscando alivio a alguna lesión o molestia. La duda sobre a qué profesional acudir surge por la similitud que hay entre estos dos campos, pues ambos ayudan a recuperarse del dolor o a eliminar la tensión muscular. Sin embargo, todo depende del tipo de lesión que se tenga. Veamos cuáles son los enfoques de estas dos especialidades médicas.
¿Cuáles son los conceptos de fisioterapia y osteopatía?
Aunque la práctica de la fisioterapia y la osteopatía son parecidas, es el enfoque del tratamiento y la capacidad de diagnóstico lo que las diferencia. En el caso de la fisioterapia, la capacidad de diagnóstico es mucho más amplia, está reconocida por el sistema nacional de salud y es aplicada como tratamiento para problemas neurológicos, traumatológicos o pediátricos.
Por su parte, la osteopatía está reconocida por la Organización Mundial de la Salud como una medicina alternativa, aunque en España no tiene el mismo reconocimiento que tiene la fisioterapia.
La osteopatía es un conjunto de técnicas manuales fundamentadas en las leyes por las que se rige la vida y los organismos vivos. Esta especialidad busca restaurar y mantener el equilibrio del cuerpo para que se recupere y conserve su capacidad de autorregularse.
La fisioterapia, además de la técnica manual, usa los agentes naturales como el frío, el calor, la luz, el agua y la electricidad para tratar el dolor. Es inmejorable para reducir la inflamación y el dolor muscular crónico o para ayudar a recuperar la movilidad articular luego de una intervención quirúrgica.
Diferencias entre fisioterapia y osteopatía
Fisioterapia
Un fisioterapeuta sigue un plan de tratamiento determinado para cada tipo de lesión y rehabilitación. En muchos casos, este tipo de plan funciona bien, pero hay pacientes que requieren un plan de rehabilitación personalizado.
Los terapeutas físicos pueden apoyar sus terapias con varios tipos de equipos médicos, como aparatos de ultrasonido y otros que puedan aportar distintos tipos de estímulos a las zonas afectadas como frío, calor, luz, etc. Los pacientes que llegan hasta los fisioterapeutas son referidos por los médicos primarios.
Osteopatía
Dado sus principios, la osteopatía le otorga una gran importancia a la estructura corporal. Los osteópatas entienden que todos los sistemas del cuerpo humano constituyen un todo perfectamente interconectado. Trabajan sobre esa base para reconstruir la armonía que debe existir en todo el cuerpo, a nivel músculo esquelético, visceral y craneal.
Hay diferentes tipos de osteopatía:
Osteopatía estructural: trabaja las restricciones de movilidad en el sistema músculo esquelético, la biomecánica articular y la postura del paciente.
Osteopatía visceral: es la que se encarga del equilibrio de la columna visceral para restablecer la normalidad de la circulación sanguínea, mejorar la movilidad y el movimiento propio de las vísceras.
Osteopatía craneal: se enfoca en la correcta movilidad de los huesos del cráneo y de su relación con el sistema nervioso central.
La fisioterapia incorpora entre sus tratamientos técnicas de osteopatía, pues, para tratar el dolor, aplican ejercicio terapéutico, la aplicación de frío, calor, agua, luz, electricidad y masaje manual.
Por esto, se afirma que la osteopatía complementa y potencia los resultados de la fisioterapia. A todas luces, la fisioterapia es mucho más amplia, ya que comprende otros campos de actuación y la utilización de otras herramientas bastante efectivas para tratar el dolor.
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