Bienestar, Salud

Movilidad saludable y sostenible

Estamos ante la necesidad de impulsar iniciativas de movilidad más sostenibles para reducir las emisiones y mejorar la calidad del aire

Más de la mitad de la población mundial vive en las ciudades (serán 2/3 de la población mundial en 2050). Las ciudades concentran el 60% de la actividad económica y las emisiones contaminantes, debido a la alta densidad de población y a la saturación del tráfico.

Según la OMS el 91% de la población vive en lugares donde la calidad del aire supera los límites de contaminación recomendados por la OMS. Nuestro modelo de movilidad actual es uno de los principales generadores de emisiones CO2. El transporte representa el 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en España, de los cuales el transporte por carretera representa casi el 95%.

Los problemas que genera para el medioambiente y la salud de las personas ponen de manifiesto la necesidad de impulsar iniciativas de movilidad más sostenibles para reducir las emisiones y mejorar la calidad del aire.

¿Cómo puedes hacerlo?

Caminando

Ir andando a los sitios, cuando sea posible por distancia y tiempo, siempre será la solución más sostenible. Además de no generar emisiones de CO2 ni tener ningún coste añadido, andar tiene beneficios para nuestra salud:

  • Reporta beneficios sobre la tensión arterial y previene la aparición precoz de hipertensión arterial, así como de los riesgos asociados con la diabetes tipo 2.
  • Caminar a moderada intensidad entre 150 y 300 minutos semanales o equivalente a 40 minutos, cuatro días en semana, puede prevenir el desarrollo de diabetes en hasta un 35%

Moviéndote en bicicleta

No es solo un medio de transporte más. Existen diversidad de beneficios asociados a la bicicleta para nuestro entorno y nuestra salud:

  • Mejora la salud física y mental al incrementar la fuerza y la resistencia, incrementa la esperanza de vida y nuestra capacidad pulmonar a la vez que reduce el sedentarismo.
  • En nuestras ciudades: reduce la congestión y el estrés del tráfico, no produce ruidos ni emite CO2, mientras que contribuye al ahorro energético y minimiza la presión sobre el transporte público.