En fisioterapia se puede elegir entre dos tipos de ondas de choque (radiales y focales) en función de la lesión a tratar.
La terapia consiste en la aplicación de ondas sonoras de alta velocidad. En concreto, entre una y cuatro ondas por cada segundo. Esto se consigue a través de un cabezal que impide la dispersión y focaliza las ondas a través de un gel, o líquido transparente, que se coloca exactamente encima del lugar a tratar, una vez localizado por palpación.
La profundidad a la que pueden llegar las ondas difiere según si son ondas radiales, en cuyo caso llega a profundidades de hasta cinco centímetros; u ondas focales, en cuyo caso la profundidad es bastante superior, pudiendo llegar hasta los 12 cm.
Puesto que las ondas focales llegan más adentro, producen también más dolor, siendo necesario, en ocasiones, aplicar algún tipo de anestesia. Las ondas radiales, son mucho menos molestas.
Este tipo de tratamiento, entre otras consecuencias, tiene acelerar la producción de colágeno, necesaria para la reconstrucción de cualquier tipo de tejidos. Además de acelerar la reconstrucción, el tratamiento por ondas de choque en fisioterapia permite disolver calcificaciones, evitando la necesidad de que tengan que eliminarse por cirugía. Por otro lado, la no necesidad de intervención quirúrgica, implica que el restablecimiento se produce en menor tiempo.
En definitiva, las ondas de choque producen destrozos a nivel de las células y los tejidos, que, tras una respuesta inflamatoria, llevan a su reconstrucción. Con ello, normalmente desaparecen los problemas del dolor crónico que suelen ser los motivadores de este tipo de terapias.
Las ondas de choque resultan efectivas en fisioterapia en el 90% de los casos. Por lo que, solo en el 10 % resulta necesario utilizar otro tipo de terapias.
La aplicación de las ondas no se realiza de una sola vez, si no que las sesiones se realizan a lo largo del tiempo. En especial, es importante que se deje el tiempo necesario para que los tejidos puedan dar una respuesta reparadora.
¿Para qué están indicadas las ondas de choque en fisioterapia?
Como hemos indicado anteriormente, son muy efectivas en caso de dolores crónicos, como ocurre con los hombros, todo tipo de lumbalgias o puntos gatillo, entre otros.
Pero, además, se utilizan para disolver calcificaciones, como en caso de espolón calcáneo o artrosis.
Otro tipo de aplicación interesante se encuentra en el caso de fracturas, para que la regeneración sea adecuada, pudiendo incluso retardar la consolidación ósea, cuando así se considere adecuado. En el caso de tendinitis, o, en general, para la regeneración de tejidos musculares, como en el caso de esguinces o distensiones.
Los efectos que se observan como consecuencia de la aplicación de las ondas de choque en fisioterapia van desde el aumento de producción de colágeno y la eliminación de calcificaciones hasta la formación de nuevos vasos sanguíneos, curación de inflamaciones crónicas…
¿Dónde encontrar tratamientos por ondas de choque en fisioterapia?
Cada vez están más presentes en clínicas y centros de fisioterapia.
Además, solo el 20 % de los pacientes con problemas de dolores crónicos sin resultados con otros tratamientos, no logran eliminar el problema definitivamente. Pero, pueden notar mejorías.
En general, se aplican entre 3 y 5 sesiones, dejando entre 3 y 10 días entre medias, según el tipo de problema, la respuesta de los tejidos y la tolerancia del paciente. Indicamos esto último, porque durante las sesiones puede experimentarse una cierta incomodidad. Si bien, no suelen exceder de cinco minutos.
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