Deporte, Lesiones

Cómo te ayuda la fisioterapia deportiva tras una lesión

La fisioterapia deportiva puede ayudarnos a prevenir una lesión antes de que aparezca y a reducir los tiempos de recuperación una vez la hayamos sufrido.

Prácticamente todo el mundo se lesiona cuando lleva cierto tiempo haciendo deporte, aunque este sea a nivel usuario y no competitivo: una mala técnica en los movimientos, una sobrecarga o un sobreentrenamiento son situaciones frecuentes que nos pueden llevar a una posible patología o lesión. No debemos olvidar que siempre que realizamos actividad física estamos sometiendo a nuestro cuerpo a un alto nivel de estrés, lo cual puede jugar en nuestra contra.

Siempre que sintamos dolor durante la práctica deportiva es necesario que acudamos a nuestro médico para que pueda revisar por qué se produce y cómo solucionarlo: nos encontramos ya muy lejos de aquel «no pain, no gain» (sin dolor no hay éxito) que se promovía en los gimnasios hace unas décadas. Debemos ser conscientes de que el dolor es un indicativo de que algo en nuestro cuerpo no va bien: una señal de aviso para que visitemos al médico y pongamos remedio lo antes posible.

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¿Cuándo debemos acudir al fisioterapeuta?

Si somos personas deportistas, acudir al fisioterapeuta con regularidad, una vez al mes por lo menos, puede ayudarnos a prevenir posibles lesiones. Se trata no solo de ir cuando ya estemos lesionados, sino de prevenir esas posibles patologías que podemos sufrir a través de la práctica deportiva. Una de las labores más importantes del fisioterapeuta es la de la prevención, y acudiendo a su consulta regularmente facilitamos mucho su trabajo.

Fisioterapia deportiva

 

Al acudir cuando aún no estamos lesionados podemos también disfrutar de los conocidos como «masajes de descarga»: una manera de ayudar a la recuperación de nuestro cuerpo tras acumular muchas horas de actividad física más o menos intensa. Un buen ejemplo es el de los corredores: la mayoría optan por acudir al fisioterapeuta una vez al mes (o cada semana en el caso de los deportistas de élite) para que les ayude a relajar las piernas (que llevan la mayoría del trabajo a la hora de correr) y la zona lumbar si se encuentra sobrecargada. Otra opción es acudir a consulta tras una carrera o tras un entrenamiento muy intenso.

Por último, obviamente, deberemos acudir al fisioterapeuta cuando ya estemos lesionados. Las patologías musculares, como los esguinces, problemas de tendones o contracturas, muy frecuentes en las personas deportistas, pueden ser tratadas en la consulta del fisioterapeuta.

¿Qué métodos se utilizan en la consulta de fisioterapia?

El fisioterapeuta deportivo es un gran experto en terapias manuales que le hacen el profesional ideal a la hora de tratar nuestros músculos a través del masaje deportivo, masaje de recuperación, kinesioterapia o terapia del movimiento, masaje fascial, etc. También puede ayudarnos a recuperarnos de una lesión (y, sobre todo, a reducir el tiempo de recuperación de la misma) a través de vendajes funcionales y otras técnicas de vendaje como el kinesiotaping.

Otro tipo de terapias que podemos utilizar en la consulta del fisioterapeuta son la hidroterapia (tratamiento a través del agua), la termoterapia (tratamiento a través de la aplicación de frío o de calor, según la lesión y la zona a tratar), la crioterapia (terapia a través del frío) y la electroterapia (electroestimulación muscular controlada aplicada a una zona concreta del cuerpo de manera local, mediante la cual conseguimos ejercitar los músculos de manera pasiva mejorando así su recuperación y manteniendo la masa muscular).

Una de las terapias que más se utilizan en los últimos tiempos es la de la punción seca o tratamiento invasivo de los puntos gatillo o trigger points. Los puntos gatillo musculoesqueléticos son esos lugares en los que solemos sentir dolor de forma recurrente (cuando decimos que «tenemos o sentimos como una pelota» en alguna parte del cuerpo) y que pueden ser tratados tanto con terapias más conservadoras (masaje manual) como a través de otras más innovadoras como la punción seca. A través de la punción seca se pinchan agujas sin introducir ninguna sustancia (por eso es «seca») en esos puntos gatillo, generando algo de dolor en el momento, pero siendo un tratamiento muy efectivo para hacerlo desaparecer a largo plazo.

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