Cuando se acerca el momento de la operación salida de vacaciones, es necesario hacer repaso general para comprobar que todo está en orden para disfrutar de unos días de descanso sin sobresaltos.
Por regla general, los usuarios que utilizan el coche para sus desplazamientos estivales se ocupan de llevar el vehículo al taller y de verificar que toda la documentación y detalles de su viaje están al día.
Sin embargo, según las cifras que manejan los especialistas, prácticamente nadie se acuerda de revisar su visión, un factor fundamental de seguridad vial.
Concretamente, el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas estima que en torno al 25 % de los jóvenes de entre 18 y 30 años nunca se ha sometido a una revisión ocular antes de ponerse al volante; mucho menos en las fechas previas a un gran viaje. Esta cifra aumenta hasta el 46 % cuando se tienen en cuenta otras franjas de edad.
Este hecho supone que más de cinco millones de personas circulan por carretera sin saber si sufren alguna deficiencia que perjudique su capacidad visual o sin tomar las debidas precauciones para corregirlas, lo que a su vez representa un serio riesgo para la seguridad vial.
¿Qué factores debe revisar el especialista?
Según los expertos, existen factores como la agudeza visual, el campo de visión, la capacidad de adaptación de los ojos a ambientes oscuros, la resistencia al deslumbramiento y, por supuesto, los defectos de refracción (miopía, hipermetropía y astigmatismo) que pueden interferir gravemente en una conducción segura ya que, al fin y al cabo, el 90 % de la información que percibimos cuando nos ponemos al volante llega a través de la vista.
Por este motivo, recomiendan usar gafas de sol homologadas para evitar el deslumbramiento que suele producirse al atardecer, ya que este tipo de lentes incrementan la sensibilidad al contraste, reducen el impacto de los cambios bruscos de luz y proporcionan una mayor seguridad al volante en condiciones de luz no demasiado favorables.
Este consejo es especialmente importante cuanto mayor es el conductor, ya que la capacidad de recuperarse de un deslumbramiento es menor a medida que se van cumpliendo años. Concretamente, se sitúa entre 40 y 60 minutos en personas menores de 50 años, mientras que sobrepasa ampliamente el minuto en individuos mayores de esta edad.
Aun así, las cifras que manejan estos especialistas apuntan que en torno a un 12 % de la población prescinde de las gafas de sol para conducir durante el día.
Por otra parte, los especialistas advierten de que conducir de noche es más arriesgado porque la agudeza visual se reduce hasta en un 70 %. Además, también se ve afectado el sentido de la profundidad necesario para calcular las distancias con respecto a los objetos y a otros vehículos.
Finalmente, avisan de que los defectos de refracción impiden tener una visión nítida a todas las distancias, lo que incrementa notablemente las probabilidades de sufrir un accidente.
Consejos visuales para una conducción segura
Un consejo muy útil a la hora de ponerse al volante con todas las garantías de que la visión está en perfecto estado de revista es hacer coincidir la revisión anual con el óptico optometrista o el oftalmólogo en las semanas previas al viaje de vacaciones.
Independientemente de eso, es conveniente pedir cita si se nota fatiga visual, lagrimeo o irritación sin motivo aparente o si se sospecha de que puede haber aumentado la graduación de las gafas.
Usar gafas de sol homologadas. Según las cifras que manejan los expertos, alrededor de la mitad de las gafas de sol que se venden en España son falsas o no cumplen con la normativa vigente que regula la calidad de los filtros solares. Esto puede poner en peligro la visión en general y afectar a la seguridad durante la conducción, ya que no hay garantías de que estas gafas puedan proteger frente a los deslumbramientos.
Finalmente, en la medida de lo posible es conveniente evitar la conducción nocturna, especialmente para trayectos largos, ya que en condiciones de baja luminosidad la percepción del color se resiente, se tiene menos capacidad de enfoque y el campo visual se reduce.
Ponerse al volante es un acto que requiere estar en plenas facultades físicas y mentales para no poner en peligro la vida propia ni la de los demás. Por este motivo, los profesionales de la salud visual animan a los conductores a hacerse una revisión que verifique que su visión no será un problema a la hora de conducir.
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