Se puede presentar este cuadro ante animales como arañas, perros, etc; también ante situaciones como volar, conducir, espacios abiertos o cerrados, a las alturas, etc., provocándole temblores, mareos, sudoración y taquicardia.
Se estima que puede haber unas 500 fobias diferentes y que una de cada veinte personas padece algún tipo de ellas que, generalmente, comienzan en la infancia con algún suceso desagradable o impactante que el niño no es capaz de gestionar emocionalmente, dejándole huella.
Aún siendo consciente de que es un temor, que no tiene razón de ser, el paciente, en la mayoría de las ocasiones, no es capaz de superarla por sí sólo, provocando, en ocasiones, importantes trastornos en su entorno familiar, laboral o social.
Consecuencias sociales
Una fobia que no se trata se va haciendo cada vez más patente, provocando más sintomatología que afecta cada vez más al paciente en sus relaciones sociales, reduciendo su autoestima, pudiendo llegar en casos extremos a aislarse socialmente de su entorno laboral, escolar y familiar. Este no es sino el primer paso hacia la depresión, que busca refugio, en muchas ocasiones, en el abuso de drogas y alcohol, las cuales son las únicas que les permiten hacer frente a estas situaciones.
Cómo curar una fobia
Hay diversos tratamientos para intentar curar una fobia, generalmente terapias psicológicas, aunque en ocasiones puede llegar a ser necesario la utilización de fármacos ansiolíticos o antidepresivos.
Un tipo de tratamiento es el llamado “terapia de exposición”, la cual consiste en que, poco a poco, con la ayuda del psicólogo o psiquiatra, el paciente va entrando en contacto con el animal o la situación que provoca los síntomas fóbicos con el fin que vaya controlando sus temores de forma paulatina.
Otra forma es que el paciente, utilizando la imaginación, recree las situaciones que teme hasta que ya no pueda controlar más sus síntomas de ansiedad, comenzando de nuevo cuando esté más tranquilo hasta que cada vez tolere períodos más prolongados expuesto a la situación que le provoca la fobia.
Existen otro tipo de tratamientos, llamadas “terapias cognitivas”, para ciertos tipos de fobias como es el del miedo a volar. Consisten en ofrecer al paciente toda la información posible para poder afrontar el miedo; que no es tener miedo al avión sino los pensamientos catastróficos que pueden turbarnos a la hora de volar. Por tanto, se trata de cambiar los pensamientos e inquietudes negativos por conocimientos reales sobre el tema, con el fin de llegar a entender que viajar en avión es seguro. Concretamente para luchar contra esta fobia existe una página web VolandoSinMiedo.com que ofrece un curso online gratuito para ayudar a superar el miedo a viajar en avión.
De todas formas hay que decir que una persona que debute con una fobia, sobre todo en la edad adulta, no debe someterse a ningún tratamiento que no esté supervisado por un profesional, el cual será el encargado de descartar cualquier causa médica subyacente.
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