En algunas ocasiones puede ocurrirnos que comemos fuera de casa y no tenemos acceso a un cepillo de dientes para limpiar nuestra boca de forma adecuada después de comer. En estos casos, muchas personas recurren al chicle o goma de mascar como un sustituto del cepillado, pero ¿es una buena idea hacerlo de un modo recurrente? Veamos si masticar chicle puede servirnos como un sustituto del cepillado dental después de las comidas.
No como sustitutivo, sí como apoyo
La Organización Mundial de la Salud ya lo dejó claro hace años: el consumo de chicle o goma de mascar después de las comidas no debe sustituir los buenos hábitos de limpieza dental. Esto significa que, siempre que sea posible, debemos realizar una limpieza dental adecuada después de las comidas que incluya el cepillado, el uso del hilo de seda dental y el uso de un enjuague bucal, tanto en los adultos como en los niños.
¿Y qué ocurre cuando no podemos cepillarnos los dientes? En estos casos, el consumo de goma de mascar puede ser un apoyo para la limpieza dental y puede colaborar en la limpieza mecánica de la boca, aunque no debemos tomarlo como norma.
Diez millones de bacterias menos masticando chicle
La Universidad de Friburgo publicó en 2015 un estudio en la revista PLOS ONE en el que concluyeron que la masticación de chicle después de las comidas es capaz de arrastrar hasta diez millones de las bacterias que se encuentran en nuestra boca. Aunque pueda parecernos una cifra muy alta, realmente estamos hablando del 10% de los microbios que se encuentran en nuestra saliva.
Eso sí, debemos saber que no todos los chicles valen para esta práctica y que su tiempo de acción es limitado. Por un lado, hay que tener en cuenta que, en el caso de que consumamos chicles, debemos buscar uno que no contenga azúcar, ya que las bacterias fermentan en ella y puede ser contraproducente. Mejor optar por los chicles con otro tipo de endulzantes: los más utilizados suelen ser el maltitol, sorbitol, xilitol o aspartamo.
Por otra parte, hay que ser conscientes de que 30 segundos después de comenzar a masticar el chicle sus propiedades adhesivas disminuyen, lo cual se traduce en una menor capacidad de captación de bacterias.
¿Masticar chicle es bueno para la salud?
Aunque masticar chicle no sea un sustitutivo del cepillado dental, sí que puede contribuir a mantener nuestra buena salud bucal de otras formas distintas. El hecho de masticar chicle supone un buen estímulo del flujo salivar: esto quiere decir que masticando chicle estamos favoreciendo que una mayor cantidad de saliva llegue a nuestra boca. Las enzimas que contiene la saliva son capaces de neutralizar hasta cierto punto los ácidos de los alimentos y bebidas que consumimos, de modo que estaremos colaborando a mantener una buena salud bucal.
Masticar chicle después de comer, además, puede ayudarnos a realizar una limpieza mecánica de dientes y encías, ya que además de arrastrar las bacterias también es capaz de, con su capacidad adhesiva y el movimiento de masticación, arrastrar algunos de los pequeños desechos que quedan en nuestra boca después de comer.
Otras enfermedades bucales como la xerostomía (la enfermedad de la boca seca), la halitosis (los problemas de mal aliento) o el bruxismo (el rechinar y apretar los dientes) también pueden beneficiarse del hecho de masticar chicle, aunque realmente no es una solución definitiva, sino que actúa como un «parche»: lo más importante es, con ayuda del personal odontológico adecuado, encontrar el origen de estos problemas bucales y tratarlos desde ese punto de partida para poder solucionarlos a largo plazo.
Recordamos que una higiene bucal adecuada y completa está compuesta por el cepillado dental, el uso de hilo de seda dental y un enjuague bucal: a pesar de que el chicle puede servirnos en algunas «situaciones de emergencia», no debemos utilizarlo como un sustituto de la higiene dental completa.
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