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Beneficios de las crucíferas

Dentro de la Dieta Mediterránea hay una familia de vegetales, las crucíferas que, según las investigaciones, son verdaderos tesoros para la salud.

De unos años a esta parte, se publican de manera periódica investigaciones acerca de las bondades que tienen las crucíferas, una familia de verduras muy presentes en nuestros supermercados. Fundamentalmente, los datos avalan su papel protector frente a diferentes tipos de cáncer. A continuación te contamos lo que debemos saber sobre estos alimentos.

¿Qué son las crucíferas?

Las crucíferas son verduras del género Brassica e incluyen alimentos como la coliflor, el brécol, las coles de Bruselas, el repollo, los nabos, los rábanos, la col rizada o berza, los berros y otras verduras de hoja verde oscuro. Estos vegetales son ricos en nutrientes muy importantes para la salud como:

  • Carotenoides. Antioxidantes encargados de dar a las frutas y verduras sus colores característicos. A este grupo pertenecen la luteína, la zeaxantina y el betacaroteno. Los dos primeros elementos han demostrado su papel fundamental en la protección de la salud visual y el betacaroteno es un antioxidante que ayuda a la piel a protegerse de la acción de los radicales libres y a reducir el riesgo de quemaduras solares. También interviene en la prevención de las cataratas y contribuye a mantener una buena salud cardiovascular y ósea.
  • Vitaminas C, E y K. Estos micronutrientes ayudan a combatir los daños causados por la oxidación celular. En concreto, la vitamina C ayuda a mantener la piel jugosa y saludable y además es una gran aliada de la salud bucodental. La vitamina E, también conocida como tocoferol, interviene en la formación de los glóbulos rojos y en la síntesis de vitamina K, necesaria para regular la coagulación sanguínea y para el mantenimiento de los huesos.
  • Folatos. Los folatos son vitaminas del grupo B, concretamente vitamina B9, aunque es más conocida la denominación como ácido fólico. Este nutriente es esencial para proteger la salud cardiovascular y prevenir defectos del tubo neural, como la espina bífida. De ahí que las mujeres que están pensando en quedarse embarazadas tengan que tomar suplementos de este nutriente desde al menos tres meses antes de concebir y durante al menos el primer trimestre de gestación.

Crucíferas y cáncer

Además de estos compuestos, las verduras crucíferas son ricas en minerales, fibra y otros elementos químicos con azufre denominados glucosinolatos, causantes del penetrante olor característico de estos vegetales, así como de su sabor amargo. Durante la masticación y la digestión, estos glucosinolatos se descomponen en otros químicos que en algunas investigaciones han demostrado tener actividad antitumoral.

Concretamente, trabajos llevados a cabo en poblaciones de Europa y Estados Unidos han encontrado que el consumo de crucíferas se asocia a un menor riesgo de cáncer de próstata. Asimismo, el Netherlands Cohort Study on Diet and Cancer concluyó que las mujeres que incluyen crucíferas en su dieta tienen, con mayor frecuencia, menos probabilidad de desarrollar cáncer de colon.

Por su parte, otros estudios de gran envergadura han observado una relación inversa entre el consumo de crucíferas y el riesgo de cáncer pulmonar, también en mujeres.

Recomendaciones sobre el consumo de crucíferas

Independientemente de que se confirmen estos datos con más trabajos científicos, los especialistas afirman que incrementar el consumo de vegetales siempre es positivo, ya que estos alimentos tienen infinidad de beneficios para la salud y han demostrado ejercer un papel protector frente a diversas patologías, incluyendo el cáncer.

Por otro lado, las personas con hipotiroidismo que están en tratamiento deben tener un patrón de consumo algo más moderado con respecto a las crucíferas crudas, ya que uno de sus compuestos, los isotiocianatos, compiten por el yodo, un oligoelemento necesario para sintetizar las hormonas tiroideas.

Por su parte, las crucíferas también pueden interferir en la absorción de los principios activos de algunos medicamentos anticoagulantes. De esta forma, y aunque normalmente no hay ningún problema, es conveniente consultar con el especialista si se puede o no consumir este grupo de alimentos con total tranquilidad.