Deporte, Nutrición

Vacaciones saludables: cómo descansar sin dejar de cuidarnos

Disfrutar del verano no está reñido con cuidar nuestra alimentación y mantenernos activos. Te contamos cómo compaginar descanso y ocio con bienestar y salud.

Se acercan las deseadas vacaciones, por fin tenemos por delante unos días para descansar y disfrutar al máximo del verano pero, ¿seremos capaces de mantener nuestros hábitos de vida saludables? Te damos las claves para que veas que además de posible es bastante sencillo, es más, si todavía no los habías adquirido, estás ante un buen momento para hacerlo.

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Ejercicio: moverse es diversión

Sabemos que la actividad física es beneficiosa para nuestra salud y aunque seguramente ya estamos pensando en una tumbona en la playa que lleva nuestro nombre, los días en verano son largos y hay tiempo para todo, también para divertirnos mientras nos movemos, eso sí, siempre evitando las horas de más calor.

En la playa, si vamos con niños, es tan fácil como apuntarnos a algunos de sus pasatiempos (ellos sí que saben), en la arena o en la orilla, con las palas, chutando y pasando la pelota o jugando a pillar dentro del agua, a poca profundidad. Aunque todo esto también se puede hacer con amigos, incluso formar equipos y organizar un mini campeonato de fútbol o voleibol.

Dar largos paseos descalzos por la orilla sienta fenomenal y también es movimiento, aunque si lo que te gusta es salir a correr habitualmente, ¿qué mejor paisaje que el mar cuando el sol se pone? No hace falta que lo planifiques, estás de vacaciones, pero seguro que en algún momento te apetece.

Vacaciones saludables

Nadar es un ejercicio aeróbico muy completo que podemos practicar tanto en la playa (es mejor nadar en paralelo a la costa, y no hacia mar adentro para evitar riesgos) como en la piscina, si el sitio donde te alojas dispone de una, aprovecha la primera hora del día para hacer unos largos. Algunos hoteles también ofrecen actividades guiadas como el aquagym, con las que pasar un buen rato.

En la montaña las opciones para hacer deporte son infinitas: rafting, puenting, escalada, trekking… Aunque puedes ejercitarte simplemente caminando a paso ligero por el monte, con sus subidas y bajadas. Si sueles practicar yoga o pilates, escoge un lugar tranquilo rodeado de naturaleza y regálate una sesión, en la que respirar aire puro.

Otra alternativa turística es pasar unos días en una gran ciudad, como Nueva York, París, Londres… Utiliza el transporte público solo cuando sea imprescindible y muévete caminando de un sitio a otro, seguro que al final del día notas el esfuerzo. Además conocerás mucho mejor el lugar de visita si lo recorres a pie.

Comer bien es un placer

No es momento para estar pensando en dietas, ni en restricciones, aunque alimentarnos de forma sana no es incompatible con darnos un capricho de vez en cuando, ni con disfrutar de la comida. Al fin y al cabo, las “tentaciones” las tenemos a nuestro alcance el resto del año, pero en vacaciones disponemos de algo que casi siempre nos falta: tiempo libre. El suficiente para saborear, deleitarnos con cada bocado y participar en largas charlas en la mesa con la familia, la pareja o los amigos.

Vacaciones saludables

Aun así, no está de más tener algunos trucos para no excedernos en las comidas, algo que muchas veces hacemos sin darnos cuenta y que podemos evitar fácilmente:

  • Entre bocado y bocado apoya el tenedor en la mesa, comerás más despacio, con más conciencia y te saciarás antes. Además, es algo que se acaba haciendo de forma automática después de practicar un par de veces.
  • Escoge lugares con opciones saludables y muy apetecibles. Chiringuitos, restaurantes y bares ofrecen para los días de más calor ensaladas, gazpachos, pescados, carnes y mariscos a la barbacoa o a la plancha, guarniciones vegetales etc.
  • No pases mucho tiempo mirando la carta, así será más fácil escoger alternativas sanas.
  • Comparte: si vas a pedir un postre o un entrante más elaborado, compartirlo es una manera de aligerar calorías y disfrutarlo en compañía.
  • Bebe agua, siempre que puedas, y si has pedido otro tipo de bebida, alterna la copa de vino o la caña de cerveza con un buen vaso de agua, para hidratarte y evitar el exceso de alcohol.
  • Come fruta, a media mañana o a media tarde, así evitarás llegar con demasiada hambre a las comidas. En los lugares turísticos muchas fruterías venden fruta cortada o deliciosos smoothies con los que refrescarnos. También hay cada vez más comercios especializados que venden ensaladas y platos ricos en verduras y frutas para llevar a la playa o comer en el parque.

Alimentarnos bien hará que nos sintamos más vitales también en vacaciones, evitando digestiones pesadas y el cansancio habitual que suele acompañar a las comidas muy procesadas, abundantes en azúcares y grasas pero escasas en nutrientes.

Hay muchas otras formas de premiarnos en estos días especiales, como regalarnos un masaje relajante, visitar ese monumento perdido que siempre tuvimos ganas de ver o leer aquella novela para la que no conseguimos sacar tiempo en los meses anteriores.

En definitiva, desconectar y mimarnos más que nunca, esa es la verdadera esencia de unas vacaciones saludables. No parece un mal plan, ¿verdad?