Si vamos a participar en una competición deportiva es porque queremos lograr un objetivo, ¿verdad? Ganar una carrera, un partido o conseguir cierta marca es una gran motivación que ha conseguido que entrenemos y trabajemos durante meses para lograrlo. Pero mantener los niveles de motivación a lo largo de los entrenamientos y el día de la competición no siempre es fácil. Muchas veces la euforia del momento o los nervios pueden jugarnos una mala pasada y echar por tierra todo el trabajo realizado hasta la fecha.
Evitar que la mente venza al cuerpo no es fácil, pero tampoco es imposible. Solamente requiere práctica y una predisposición a que todo salga como debe ser.
La importancia de los objetivos realistas
Es bueno apuntar alto y tener grandes metas, pero hay que seleccionarlas con cabeza, es decir, hay que elegir objetivos que sean un desafío pero que se puedan conseguir. Por ejemplo, no se puede empezar a correr de cero y pensar que conseguirás correr 10 km en menos de un mes y sin esfuerzo. Hay que elegir pequeños retos para ir superando y así mejorar nuestro rendimiento. Como es el caso de muchos corredores o runners, salir a la calle a realizar un ejercicio tan duro puede ser mentalmente difícil a veces. Caes en la pereza, especialmente en invierno, y no trabajas porque no tienes un objetivo claro y medible en mente. Por eso se recomienda apuntarse a una carrera popular, de esta manera, podrás avanzar en tus capacidades a medida que llega ese competición. Trabajar durante meses preparando una carrera supone una motivación diaria y un entrenamiento mental para cuando llegue el día de la competición. Una vez llegue tan señalada fecha, sabrás que puedes conseguir superar esa competición.
Trucos para mantener la motivación
Algunos buenos trucos para poder potenciar tu motivación el día de la competición es poner música que te llene de energía y sensaciones positivas. Cuando realizas deporte en un estado mental más alegre y predispuesto, es más difícil que te dejes vencer por el desánimo y te sientas fuerte.
También puedes trabajar con la meditación y la visualización. Concentrarte en tus objetivos y imaginarte consiguiéndolos es una buena manera de motivarte a seguir y luchar. Evocar la sensación de victoria y querer replicarla al final de la carrera supondrá un impulso cuando debas enfrentarte a ese partido o carrera y cumplir con tus objetivos.
El apoyo de grupo es fundamental cuando practicas ejercicio y te enfrentas a una competición. Buscar compañeros que comparten tus objetivos puede ser una ayuda fundamental para romper la barrera mental que surge cuando llevamos a cabo un esfuerzo. La fatiga es una de las mayores enemigas de la mente, te dice que no puedes y que estarás más cómodo si paras, pero contar con el apoyo y la valentía de otros que superan esta barrera puede impulsarte a dejarla de lado y continuar con el ejercicio.
Evita pensar en la competición los días antes. Esto puede evitar que pongas demasiada presión sobre tus hombros y te condiciones “el día D”. Y, sobre todo, disfruta. Piensa que nadie te obliga a competir porque estás haciendo algo que te gusta y que te diviertes, ¡no hay pensamientos negativos que valgan!
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