Ya podemos dormir tranquilos con el móvil en la habitación, perder el miedo por la presencia de antenas de telefonía móvil en edificios cercanos a nuestra vivienda y despreocuparnos por la proximidad del ‘router’. Un informe presentado el pasado mes de abril por científicos españoles asegura que no hay motivos de preocupación por la exposición a los campos electromagnéticos de dispositivos como los teléfonos móviles. Los límites están muy por debajo de lo que se considera seguro.
Qué es el Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud
El informe lo emitió el Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS), una institución independiente formada por expertos en Medicina, Física, Química, Biología, Ingeniería de Telecomunicación, Derecho y otras disciplinas con la finalidad de informar a las administraciones públicas y a la sociedad en general sobre cuestiones relativas a las radiofrecuencias y la salud, según se autodefine en su web.
Sus miembros se eligen en función de su experiencia y capacidad profesional en las diferentes disciplinas vinculadas con la evaluación, gestión y comunicación de los posibles riesgos que puedan producirse en la salud por la exposición a los campos electromagnéticos. Su trabajo está financiado por el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación.
Las fuentes de radiofrecuencia son seguras
El ‘Informe sobre Radiofrencuencias y Salud 2013-2016’, presentado el pasado abril, el último emitido por esta entidad, está basado en la revisión de los estudios «mejor diseñados y con elevada calidad metodológica» acerca de los efectos de los campos electromagnéticos de radiofrecuencia sobre la salud humana.
Los autores de este exhaustivo análisis critican que muchos estudios que alertan sobre supuestos riesgos de estos dispositivos son subjetivos y parciales, sin evaluaciones objetivas, no utilizan un grupo de control o no permiten su replicación, entre otros fallos o carencias detectados.
En general, las conclusiones de estos expertos son tranquilizadoras, puesto que no hallan evidencia de efectos negativos sobre la salud fruto de la exposición a las radiofrecuencias emitidas por las antenas de telefonía móvil, transmisión de radio y televisión y sistemas inalámbricos (Wi-Fi) usados en casa, el trabajo o la escuela.
Por ello, este comité científico dice que no hay razones técnicas ni sanitarias para imponer límites de exposición superiores a los recomendados por la Unión Europea y la Comisión Internacional de Protección contra la Radiación No Ionizante de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Principales conclusiones
Únicamente, el comité aconseja que el uso del teléfono móvil en el ámbito hospitalario debe realizarse a una distancia de seguridad de un metro entre los dispositivos aparatos médicos empleados para vigilar y tratar a los pacientes. Para los que llevan dispositivos médicos implantables, como marcapasos cardíacos, recomiendan una distancia de seguridad a la hora de usar el teléfono móvil de 15 centímetros, pero aseguran que las antenas de telefonía móvil no producen interferencias con estos dispositivos.
Sobre otros debates abiertos acerca de posibles riesgos para la salud, estos científicos no ven peligro:
- El texto concluye que los resultados de los estudios epidemiológicos confirman que «no se observa un riesgo más elevado de tumores cerebrales en usuarios de teléfonos móviles». En comparación con su documento anterior, publicado en 2013, estos expertos no encuentran un mayor riesgo de tumores cerebrales en personas expuestas a las radiofrecuencias emitidas por las antenas de telefonía móvil, radio y televisión. «La evolución de las tasas de incidencia de tumores cerebrales en los países desarrollados no respalda la relación entre el uso del teléfono móvil y la percepción de un mayor riesgo de padecer estos tumores», afirman los investigadores en su documento, en el que señalan también que los límites de los niveles de exposición en el entorno de las estaciones de telefonía móvil estaban por debajo de los límites establecidos.
- Estos expertos tampoco hallan evidencia de relación entre el uso de teléfonos móviles y problemas de fertilidad tanto masculina como femenina.
- Tampoco detectan correlación alguna entre emplear el móvil durante la gestación y mayor riesgo de alteraciones en el feto, como bajo peso al nacer o complicaciones durante el parto.
- El informe -fruto de una revisión de 350 trabajos sobre la materia- asegura que los estudios clínicos controlados confirman que no hay una relación causal entre la exposición a las diversas fuentes de radiofrecuencia y los síntomas de la llamada hipersensibilidad electromagnética. Estos expertos dicen que las personas que declaran padecer estos síntomas no son capaces de distinguir, en condiciones experimentales, si están expuestas o no a campos electromagnéticos. Tras señalar que la denominada hipersensibilidad electromagnética no es una enfermedad reconocida en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS, estos expertos lamentan que las creencias sobre hipotéticos efectos de las radiofrecuencias emitidas por las antenas de telefonía móvil generen en algunas personas miedo «injustificado» a estas instalaciones. El director científico del CCARS y epidemiólogo Francisco Vargas señaló durante la presentación del documento que todas las personas están expuestas a los campos electromagnéticos porque la Tierra los emite de manera natural. Así, considera muy difícil sentir algún síntoma de la llamada hipersensibilidad electromagnética. «Tendrías que subirte a una antena durante horas para sentir dolor de cabeza», afirmó.
¿Son dañinos otros dispositivos electromagnéticos?
Estos expertos desmontaron también mitos sobre daños que podrían sufrir los niños con juguetes de radiocontrol, además de los supuestos peligros de las emisiones de los drones o los campos electromagnéticos de los escáneres de los aeropuertos. En el caso del dron, el informe asegura que emite a «frecuencias bajas», además de apuntar que al estar volando aumenta la distancia de este dispositivo con las personas.
Sobre los escáneres de los aeropuertos, el CCARS subraya que funcionan con bajos niveles de potencia, poca penetración y exposición superficial. A ello, añade que los sensores que emplean tecnologías inalámbricas -como contadores inteligentes- presentan límites de exposición «muy inferiores» a los recomendados como seguros.
El único peligro que estos especialistas ven sobre estos sistemas es por su mal uso, como emplearlos mientras se conduce, ya que pueden distraer al conductor y provocar un accidente de tráfico. «Son más peligrosos por su uso inadecuado que por las radiofrecuencia que emiten», subraya Vargas.
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