La diverticulosis es una alteración intestinal bastante frecuente que consiste en la formación de divertículos (pequeños sacos o bolsillos) en la pared intestinal, generalmente en el colon, también conocido como intestino grueso. En realidad, no se sabe con certeza por qué se forman los divertículos, aunque una de las teorías más aceptadas apunta al aumento de la presión en las zonas debilitadas de la pared intestinal, lo que acabaría por provocar esta dilatación en el tejido.
Por ese motivo, se cree que los factores que propician la aparición y desarrollo de la diverticulosis son los que generan más riesgo para la integridad de la pare intestinal:
- La edad. La diverticulosis es relativamente frecuente en pacientes a partir de 40-45 años. Aproximadamente el 50 % de los mayores de 60 años tienen diverticulosis y a los 80 años, casi el 70 % de los pacientes tiene divertículos en su intestino. Asimismo, es más frecuente en mujeres.
- Motivos genéticos. Aunque algunos estudios han establecido una relación entre genética y diverticulosis por la influencia de algunos genes sobre la calidad de las fibras y el tejido intestinal, lo cierto es que no han dilucidado exactamente los mecanismos responsables.
- Sedentarismo. Por el efecto negativo que tiene en el funcionamiento intestinal.
- Malos hábitos nutricionales. Las dietas pobres en agua, fibra y alimentos vegetales favorecen la aparición de alteraciones relacionadas con la diverticulosis, como por ejemplo el estreñimiento. Los países occidentales e industrializados tienen mayor prevalencia de enfermedad diverticular que los países de África y Asia. Por eso, numerosas investigaciones han formulado la teoría de que la clave de la formación de estos pequeños sacos se debe a que las dietas occidentales tienen, en líneas generales, cantidades mucho menores de fibra que las de los países menos favorecidos económicamente. No obstante, hay estudios que no han llegado a establecer una relación tan clara.
¿Es grave la diverticulosis?
Generalmente, la diverticulosis no da síntomas y el paciente se entera de que la tiene a raíz de alguna prueba complementaria, como por ejemplo una colonoscopia prescrita en un programa de cribado de cáncer de color, sospecha de pólipos…
No obstante, a veces puede presentarse algún cólico leve, hinchazón abdominal o estreñimiento que se solucionan fácilmente aliviando los síntomas y modificando algunas conductas para prevenir complicaciones. La dieta para introducir más cantidad de vegetales y fibra que mejoren el tránsito intestinal, además de una mayor ingesta de agua con la misma finalidad. En cualquier caso, la diverticulosis representa un claro factor de riesgo de diverticulitis, un cuadro derivado de la inflamación e infección de los divertículos (en los que se va acumulando materia fecal que se endurece y lesiona el tejido intestinal).
La diverticulitis generalmente no reviste gravedad, pero sí presenta síntomas más severos y dolorosos, tales como fiebre, malestar general, náuseas, vómitos, dolor abdominal, sangrado en las heces… y aunque suele resolverse con modificaciones en la dieta e hidratación, algunos casos requieren hospitalización y cirugía para extirpar y reparar el segmento intestinal afectado.
¿Puedo prevenir la diverticulosis?
A falta de investigaciones que determinen otros factores de riesgo ahora desconocidos, la principal medida preventiva para evitar la formación de divertículos intestinales reside en prevenir el estreñimiento habitual. Para ello, se recomienda incrementar la ingesta de fibra para asegurarse de que el intestino se vacía de forma saludable y regular. Este aporte de fibra ha de hacerse a través de alimentos integrales, semillas, frutas, verduras y, si el especialista lo estima oportuno, suplementos específicos. Asimismo, hay que asegurarse de tomar muchos líquidos diariamente, ya que eso repercute en un ablandamiento de las heces y facilita su evacuación.
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