Cambia el horario de luz solar y esto es un factor clave para nuestro descanso nocturno. Como anochecerá antes, es posible que los días siguientes al fin de semana experimentemos una mayor somnolencia a horas tempranas. Y, además, como amanecerá antes, es posible que nos despertemos de forma espontánea antes de nuestra hora acostumbrada.
El principal impacto del cambio horario sobre las personas está relacionado sobre su estado de ánimo. No existe evidencia de que nuestro sistema inmunológico se resienta. Es cierto que nuestro sistema neuroendocrino, regulador de la producción hormonal, activa la producción de algunas hormonas durante el sueño, pero el cambio horario no es tan significativo como para justificar ningún impacto sobre nuestras defensas, sin embargo, el estado de ánimo es más sensible a cambios climáticos, ambientales o contextuales. El cambio de hora genera interferencias tanto en nuestros hábitos y rutinas como en nuestra percepción del cansancio incluso sensación de falta de tiempo.
Las personas con patologías del sueño o trastornos psicológicos de base, como ansiedad, son más propensas a notar el cambio horario. “Los niños, los adultos e incluso los ancianos sanos no tienen por qué notar ningún trastorno, aunque es cierto que las personas mayores generalmente tienen más dificultad para conciliar el sueño nocturno”, “En personas con trastornos psicológicos pueden aparecer algunos síntomas, como estrés, embotamiento afectivo, apatía o incluso irritabilidad. Sin embargo, el resto de personas podrían no experimentar ningún cambio significativo.
En cualquier caso, tenga o no algún trastorno del sueño, aplique los consejos básicos de higiene del sueño para garantizar que la transición al horario de invierno se realiza plácidamente.
- En primer lugar, es muy importante mantener un horario regular, tanto en la hora de acostarse como en la de levantarse.
- Cada persona tiene unas necesidades distintas al dormir, pero lo normal es que 8 horas de sueño basten para garantizar un descanso adecuado. No permanezcas en la cama más horas.
- Evita las bebidas excitantes a partir de las 16.00 horas. Y no sólo café, sino cualquier bebida que contenga cafeína o teína.
- Evita el sedentarismo: hacer ejercicio de manera regular no sólo contribuye a que estés en forma y te hace sentir mejor, si no que ayuda a relajarse y descargar tensiones.
- Las comidas y las cenas copiosas son incompatibles con un descanso adecuado. Si quieres dormir bien, evítalas.
- El consumo de tabaco también puede dificultar la conciliación del sueño, así como influir en la función respiratoria, añadiendo complicaciones e incluso derivando en patologías como la apnea del sueño.
- Haz bien la digestión tras la cena; deja pasar al menos 2 horas antes de ir a dormir.
- Evitar las siestas prolongadas, especialmente en el caso de personas mayores, más propensas a esta práctica, para que no influya en tu descanso nocturno.
- Cuida la higiene del sueño: mantén los dormitorios limpios, ventilados y ordenados.
- Por último, hay que evitar comportamientos como ver la televisión en la cama o dispositivos electrónicos, como tabletas o móviles, porque también podrían afectar a la calidad de tu descanso.
Se recomienda prever las posibles interferencias del cambio horario que planifiquen las cinco comidas que aconsejan los expertos en nutrición y que mitiguen la alteración de sus ritmos vitales acostumbrándose a un horario regular durante todo el año y manteniendo un buen nivel de exposición a la luz solar. En personas más vulnerables, con síntomas depresivos o de estrés, sería recomendable adaptarse al cambio horario con modificaciones graduales.
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