Salud

Comer de tupper en el trabajo: guía práctica

Los horarios del trabajo en la actualidad, el no tener cerca un lugar donde comer o simplemente el querer ahorrar un poco de dinero hace que cada vez sean más las personas que comen de tupper en el trabajo.

Si es algo que se hace una vez, por algún motivo puntual, puede hacerse un poco a la ligera: lo primero que pilles o cocines y con llenar el estómago es suficiente.

Sin embargo, si es algo que se va a hacer a menudo, incluso cada día, vale la pena aprovechar que somos nosotros los que preparamos la cocina para que sea una comida saludable, apetecible y que no nos vaya a sentar mal por haberla conservado en malas condiciones. Por este motivo hemos pensado que sería interesante ofreceros esta guía práctica para comer de tupper en el trabajo.

Haciendo la comida

Para llevarte la comida al trabajo lo primero que hay que hacer es cocinarla. Esto quiere decir que hay que poner los cinco sentidos en pensar qué vamos a preparar y cómo lo vamos a preparar, para que luego el día que te lo vayas a comer no te des cuenta de que está malo, que huele mal o que es imposible de masticar. Los consejos que hay que tener en cuenta a la hora de cocinar la comida son los siguientes:

  • Puedes hacer la comida el día anterior, cada vez, o bien el fin de semana, y guardarla para todos los días de la semana. Haciéndolo de manera semanal es más fácil acertar con el menú, pues lo planificas todo más.
  • Lo importante es que comamos de manera variada: si sólo llevamos un tupper, podemos hacer un plato único variado donde haya verdura o ensalada, hidratos de carbono (patata, pan, pasta, arroz, etc., mejor integral cuando hablamos de cereal) y proteína (huevo cocido, carne o pescado). Si hacemos legumbres podemos hacer un tupper para comer de cuchara al que añadir carne y arroz, por ejemplo. Si no, si solo llevamos un tupper, puede valer la pena hacernos con uno de los que tienen separadores. La clave es comer variado y no lo primero que nos venga a la mente cocinar.
  • La cantidad es importante: así que vale la pena hacer la comida siendo conscientes del hambre que tendremos a la hora en que nos lo vayamos a comer. Si cocinamos recién comidos corremos el riesgo de poner poca cantidad y luego preguntarnos con hastío por qué no echamos más comida.
  • Evitar alimentos a la plancha o a la brasa: básicamente porque cuando se enfrían y recalientan se quedan bastante secos y poco masticables. Una manera de poner un parche es echar un poco de limón antes de calentarlos, aunque lo ideal es evitarlos directamente.
  • Evita alimentos que provoquen el odio de tus compañeros de trabajo: la coliflor y el brócoli, y el pescado, si los tienes que calentar un buen rato, van a proporcionar un olor que no a todos agradará. Tenlo en cuenta si comes con otros compañeros que también se calientan su comida y comen en el mismo sitio.
  • Por el tema de la conservación, evita salsas que lleven huevo y postres con nata o crema.

Conservando la comida

Comer en tupper

Una vez la preparas sucede algo que no pasa en los días que cocinas para, al ratito, comer. Vas a guardar la comida. Cuando se cocina para comer a posteriori no hay que hacer nada especial más allá de cocinar con cuidado (con higiene, tras lavarte las manos, no juntando alimentos cocinados con alimentos crudos ni usando los mismos utensilios para unos y otros, etc.). Pero cuando cocinas para guardar la comida hay que tener en cuenta algunas recomendaciones:

  • Tal y como menciona la OMS en su Manual para la Inocuidad de los Alimentos, los alimentos deben estar bien cocinados: los de plato por encima de los 70ºC, llegando a la ebullición, y las carnes hasta que el jugo salga claro, y no rosado. Los huevos hasta que estén cocidos y el pescado hasta que veamos que está completamente caliente.
  • En el mismo manual se nos dice que no tengamos los alimentos a temperatura ambiente más de dos horas y que si no los vamos a consumir los refrigeremos lo antes posible por debajo de los 5ºC. Vamos, que una vez tengamos la comida hecha, la metamos directamente en el frigorífico o congelador (como estará caliente, debemos tener cuidado de que ese calor no estropee los alimentos de al lado o debajo).
  • A la hora de meterla en frío, vale la pena no cerrar la tapa completamente un rato. Así se enfriará antes. Si es un tupper que acepta microondas tendrá probablemente una tapita para dejar pasar el aire, que podemos dejar abierta.
  • Mantener la temperatura tanto tiempo como sea posible: sacar el tupper del frigorífico antes de irnos y meterlo en la nevera del trabajo en cuanto lleguemos. Si no hay nevera o si va a pasar bastante rato entre una cosa y otra habría que hacer uso de un acumulador de frío y llevarlo en una neverita o bolsa isotérmica.
  • Si no es posible llevarte una neverita con acumulador de frío o no hay nevera en tu centro de trabajo deberías plantearte si comer de tupper alimentos cocinados es la mejor opción, porque tener la comida varias horas sin una fuente de frío hará que los microorganismos proliferen a sus anchas: en casos así es mejor optar por alimentos frescos y preparar la comida antes de comerla.

¡A comer!

El momento de comer es uno en el que también debemos tener en cuenta algunas cosas. Las recomendaciones para ese momento son:

  • Bebe agua: es más económica y más saludable que cualquier refresco o bebida que puedas llevarte o comprar.
  • Intenta comer en un sitio que no sea en el que trabajas: por higiene, por romper con la rutina y por no acabar poniéndote a trabajar mientras comes.
  • Para calentar en el microondas basta con abrir la tapita especial del tupper o, si no la tiene, abrir el tupper y poner la tapa encima sin cerrar, ladeada, para que en caso de que la comida salpique se manche la tapa y no el microondas (deja el microondas de uso público como te gustaría encontrarlo).
  • Llévate de postre un yogur, si lo puedes refrigerar, o bien una pieza de fruta. Vale más, si es fruta, que la lleves entera y sea en el momento de comer cuando la peles y cortes, que no llevarla cortada en el tupper, donde se conservará peor.