Estás en la cola de la pescadería, van despachando a los clientes uno a uno, tu turno cada vez está más cerca, y no sabes por qué pescado decantarte, si por pescado azul o blanco. Muchas son las dudas que te asaltan la cabeza: ¿cuál es tiene menos grasa? ¿cuál aporta más nutrientes? ¿cuál es más fácil de preparar? Y seguro que muchas más. Por ello, hoy explicaremos las principales diferencias que existen entre el pescado blanco y el pescado azul.
Principal diferencia: pescado azul o blanco
La principal diferencia que separa ambos grupos es la cantidad de grasa que contienen estas especies, siendo el umbral de separación una mayor cantidad al 5% de grasa en los pescados azules y una menor cantidad de 5% en los pescados blancos.
Esta diferencia de grasa en el organismo de los peces se debe a la función que tiene la grasa en el desarrollo de vida de estas especies acuáticas, siendo los peces azules vertebrados que necesitan desplazarse grandes distancias en las migraciones, y por ello, necesitan una mayor cantidad de grasa que soporte este gran esfuerzo.
Por otro lado, los pescados blancos, al llevar una vida más sedentaria no necesitan acumular tanta grasa como sí lo necesitan los pescados azules, dando como resultado una carne mucho más magra.
Aporte nutricional del pescado blanco o azul
El principal aporte que ofrece el pescado azul en tu dieta es la cantidad de grasa que tiene, que, además, es una grasa insaturada y, por lo tanto, mucho más sana para tu organismo.
Por esta cantidad de grasa, el pescado azul también ofrece un gran aporte en proteínas, con una calidad equiparable a las que se pueden encontrar en el huevo o la carne. Otra de las grandes ventajas de consumir pescado azul es su gran cantidad de minerales y vitaminas, como pueden ser el fósforo y el calcio o las vitaminas A y D.
No nos podemos olvidar del nutriente estrella de estos pescados, el Omega 3, un nutriente muy difícil de encontrar en otros alimentos y que es muy beneficioso para nuestro sistema circulatorio. Sin embargo, y debido también a la gran cantidad de grasas que tienen estos peces, absorben más elementos tóxicos de las aguas en las que se mueven.
Por otro lado, el pescado blanco, al ser un pescado muy magro, su digestión es muy ligera y fácil de realizar, lo que no compromete al sistema digestivo durante su consumo. Por ello, este pescado puede ser utilizado en dietas en las que no se pueda ingerir casi ningún tipo de grasa. Otro gran aporte del pescado blanco en nuestra dieta son las sales minerales que contiene, lo que lo convierte en un alimento muy recomendable para casi cualquier tipo de dieta, además de ser una gran fuente de vitamina B, especialmente de vitamina B12.
¿Cuál consumir?
Lo ideal en cualquier dieta es incluir ambos tipos de pescados en las comidas y cenas, ya que ambos ofrecen nutrientes diferentes, pero necesarios, que se complementan muy bien entre ellos. Lo más importante en ambos casos es que sean piezas de calidad, frescos a ser posible, pero ¡cuidado! Porque el anisakis acecha, si vas cocinar el pescado adelante, pero si lo vas a consumir crudo o poco hecho te recomendamos que utilices mejor pescado congelado. Evita a toda costa también los peces que provengan de lugares muy contaminados, como puede ser el Mar Báltico o el Golfo de México.
Por si no lo sabías, algunos pescados azules son:
- Anchoa
- Atún
- Caballa
- Salmón
- Pez espada
Algunos pescados blancos son:
- Bacalao
- Cabracho
- Gallo
- Lenguado
- Merluza
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