Vivimos en una época en la que todo sucede muy deprisa: siempre vamos con el tiempo justo para todo, no encontramos horas a lo largo del día para completar todas nuestras tareas y esto tiene su repercusión en nuestra salud. A menudo, una de las cosas que sacrificamos, a pesar de ser de vital importancia, es nuestra alimentación: optamos por comida rápida y precocinada que nos permita alimentarnos de una manera sencilla, aunque muchas veces no es la más acertada.
En medio de esta vorágine resurge ahora con fuerza el fenómeno del slow cooking o cocinar despacio: estas son sus ventajas frente al fast food y la comida precocinada.
¿En qué consiste el slow cooking?
Si nunca nos sobra el tiempo para nada, ¿quién puede tener tiempo para cocinar cada día? A partir de ahora, todos nosotros, gracias al fenómeno del slow cooking. El slow cooking consiste en volver a preparar los platos de antes, esos que implicaban pasar horas delante de los fogones, pero con la innovación de la que disponemos en nuestro tiempo, que nos permite hacerlo sin necesidad de estar presentes en la cocina.
Gracias a la ayuda de las crockpot u ollas de cocción lenta podemos volver a preparar esos sabrosos, saludables y nutritivos platos de cuchara sin tener que pasar horas y horas en la cocina. Simplemente selecciona los ingredientes que vayas a utilizar y deja que tu crockpot cocine por ti.
¿Qué es una crockpot?
La crockpot u olla de cocción lenta es la protagonista del fenómeno del slow cooking. Podríamos decir que es una versión revisitada de la antigua olla a presión, pero adaptada a los tiempos modernos. Estas ollas, disponibles en diferentes tamaños y capacidades, cocinan a fuego muy bajo, de modo que un plato puede tardar en prepararse alrededor de cuatro a ocho horas, con la ventaja de que lo hacen de forma autónoma y no necesitamos estar pendientes del cocinado.
Las crockpot son eléctricas y su consumo de energía es muy bajo. Lo único que tenemos que hacer es seleccionar en su panel o su ruleta el tipo de cocción que queremos realizar, introducir los ingredientes en la olla y dejarla trabajar por su cuenta. Son ideales si, por ejemplo, trabajamos fuera de casa: puedes dejar tu comida preparándose antes de marcharte al trabajo y al volver a casa encontrarás tu plato humeante y delicioso preparado para ti. También puedes dejar la crockpot funcionando la noche anterior (se apaga automáticamente al terminar) y tener tu comida preparada por la mañana para llevar al trabajo en un tupper.
Diferencias con el fast food
La principal diferencia entre el fast food y el slow cooking es la calidad de la materia prima con la que preparamos nuestros platos. En el caso de los platos precocinados, considerados como comida rápida ya que para prepararlos no tardaremos más de un par de minutos en el microondas, nunca sabemos exactamente de dónde provienen esos alimentos. Además, suelen estar aderezados con una gran cantidad tanto de azúcar como de sal, y no son demasiado nutritivos, sino que nos sirven simplemente para calmar nuestra hambre.
Hablar de slow cooking implica hablar de materia prima de calidad que nosotros mismos podemos adquirir en los mercados y tiendas de confianza. Sabremos en este caso todo lo que estamos comiendo en cada momento: podremos añadir sal o especias a nuestro gusto, asegurarnos de que no introducimos en los platos determinados alimentos si sufrimos de algún tipo de alergia alimentaria o variar y personalizar las recetas según nuestras preferencias.
Ventajas del slow cooking
Contar en nuestra cocina con una crockpot supone cocinar alimentos de calidad y ganar tiempo. El hecho de que la olla eléctrica cocine por nosotros hace que podamos dedicar ese tiempo extra a cualquiera de nuestros hobbies, a pasar más tiempo con nuestra familia y amigos o a adelantar trabajo. Son ollas muy seguras, fáciles de limpiar y que nos facilitan mucho la vida en la cocina. Además, su método de cocción nos promete platos saludables y sabrosos que podremos degustar cada día en nuestra propia casa.
Las crockpot son perfectas, por ejemplo, para preparar alimentos al vapor, ya que el agua que se extrae de los alimentos no se evapora, sino que se mantiene dentro de la olla.
Cocinar lo que comemos es uno de los primeros pasos que podemos dar para comer de una forma más sana, para mejorar nuestra salud e incluso para bajar de peso, si es que lo deseamos, y el slow cooking nos lo pone mucho más fácil.
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