Es difícil pasar un día sin tropezarnos con un artículo o un mensaje publicitario en el que se nos recomienda alguna dieta para adelgazar. Aunque cada vez tenemos más información disponible sobre los alimentos y cómo cuidar nuestra salud, tampoco faltan las noticias que nos hablan del aumento de la obesidad en la población general, mientras un sinfín de celebrities y modelos lucen cuerpos perfectos.
Toda esta combinación de datos puede motivarnos a perder peso pero, ¿realmente lo necesitamos?
Cómo saber si necesito adelgazar
Este verano nos sorprendió la noticia de que el 42% de los españoles que quieren adelgazar, están dentro de los parámetros correctos que marca el Índice de Masa Corporal (IMC). Casi la mitad de los que piensan que tienen sobrepeso, se equivocan.
¿Cómo se calcula el IMC? Es una operación muy sencilla, solo indicada para adultos (en niños los valores son diferentes), en la que se divide el peso en kilos y la talla en metros cuadrados. En la web de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, se puede hacer el cálculo y comparar los resultados en una tabla para saber si estamos dentro de lo que se considera un peso normal (IMC 18,5-24,9).
Este índice es una buena ayuda para saber si necesitamos adelgazar, pero no siempre es determinante. Influyen variables como el porcentaje de grasa corporal, la circunferencia de la cintura (teniendo en cuenta la proporción con la altura), los niveles de glucosa y de lípidos en la sangre, o la presión arterial y el ritmo cardíaco.
La edad también afecta al marcador de la báscula. Conforme vamos cumpliendo años, cada vez acumulamos más grasa y es normal subir ligeramente de peso. Después volvemos a bajar a partir de la mediana o tercera edad.
Para salir de dudas sobre si necesitamos o no adelgazar lo más aconsejable es consultar con un nutricionista. Además de determinar de forma adecuada si necesitamos perder peso, nos podrá asesorar sobre qué pautas alimenticias debemos seguir.
Ganar salud es mucho más que perder kilos
Estar delgados o seguir una dieta baja en calorías no siempre es sinónimo de llevar un estilo de vida saludable. No seguir una dieta sana y variada, consumir azúcar en exceso, abusar del alcohol o del tabaco, llevar una vida totalmente sedentaria o no dormir el tiempo suficiente, son factores totalmente compatibles con un peso adecuado, pero que perjudican gravemente nuestra salud.
Si estamos pensando en adelgazar para mejorar nuestro estado físico, es importante tenerlos en cuenta, y empezar por llevar una vida más activa y seguir una alimentación saludable, que nos garantice un aporte óptimo de vitaminas y nutrientes. El problema no se reduce siempre a unos kilos de más.
Menos preocupación y buenos alimentos
A pesar de que, como hemos visto, son muchas las personas que creen que deben adelgazar, también comprobamos, en un estudio sobre la gestión del tiempo en el cuidado de la salud en España, que el 70% de los encuestados dejaron de cuidar su alimentación por falta de tiempo.
Así que por un lado tenemos una preocupación constante por nuestro físico y por otro, un ritmo de vida que no nos permite atenderlo adecuadamente. Pero comer bien no requiere más tiempo que hacerlo mal. Solo necesitamos un poco de planificación, escoger bien los ingredientes (frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, proteínas de calidad, etc.) y cocinar de una forma sana, que puede ser igual de sencilla y rápida, que recalentar un precocinado en el microondas.
Encontrar un momento al día para hacer ejercicio también nos resultará más fácil si optamos por algún deporte que nos guste mucho. En lugar de movernos solo por intentar adelgazar, es mejor realizar una actividad que nos motive y nos ayude a desconectar de las tensiones diarias, ya sea yoga, natación o una caminata a paso ligero por un entorno agradable.
Siéntete a gusto en tu cuerpo
Cuidarnos nos ayuda a sentirnos mejor, al igual que evitar las comparaciones con los cuerpos de revista, que a pesar de tener una presencia constante en los medios, se corresponden muy poco con la realidad de la mayoría.
Aprender a valorar todo lo que tienes de bueno, reforzar la autoestima y sentirte a gusto con tu cuerpo, es más importante que el número que marca la báscula al pesarte. El estar pensando constantemente en que debemos adelgazar es una causa de estrés y puede derivar en trastornos de la conducta alimentaria graves, como la anorexia o la bulimia. Debemos ser conscientes de qué nos decimos al respecto y cambiar los mensajes negativos, por otros más realistas, de aceptación y ánimo.
A partir de aquí, si creemos que necesitamos reducir alguna talla, hay que olvidar las prisas, esquivar las presiones estéticas y evitar, sí o sí, las dietas milagro. Estas no solo ponen en riesgo nuestra salud, también suelen producir casi siempre un efecto rebote.
Los expertos en nutrición nos ayudarán a conseguir nuestro peso ideal, que no es otro que un peso saludable, que contribuya a mantener nuestro bienestar y calidad de vida.
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