Es importante conocer cuáles son las principales plagas y enfermedades que afectan al tomate. Poder reconocerlas y realizar una buena revisión a la hora de adquirir las hortalizas para consumir en nuestra alimentación, es básico para nuestro bienestar.
Cabe recordar que nuevos estudios han relacionado el óptimo funcionamiento cognitivo y emocional del ser humano con la ingesta de alimentos ricos en calcio, magnesio y zinc, como son las frutas y hortalizas.
También se ha demostrado que cocinar el tomate potencia el aprovechamiento de sus componentes. Por ejemplo, el sofrito típico de la dieta mediterránea utilizado para guisos que combina tomate, aceite de oliva y otras hortalizas hace que sustancias liposolubles como el licopeno y otros carotenos o sustancias fitoquímicas que contienen el ajo, la cebolla o el tomate, se extraigan con mayor eficiencia, beneficiando a nuestro organismo.
A pesar de que España es el mayor productor de frutas y hortalizas de Europa, y según la Encuesta Nacional de Ingesta Dietética Española (Enide), el consumo medio diario en nuestro país es de 397 gramos al día, todavía lejos de alcanzar el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), marcado en 600 gramos.
¿Cuáles son las plagas más comunes del tomate?
Mosca blanca (Trialeurodes vaporarium, Bermisia tabaci): podemos apreciar unas mosquitas (aunque, en realidad, no son moscas) blancas con un vuelo errático característico al agitar la planta. Además, al igual que los pulgones, sueltan melaza (sustancia azucarada y pegajosa). Se suelen disponer en el envés de las hojas.
Gusano del tomate (Heliotis sp.) y otras orugas (Helicoverpa spp., Spodoptera spp., Autographa gamma, etc.): nos encontramos con unas perforaciones de tamaño considerable por donde, a veces, podemos ver a la oruga comerse el fruto. También se pueden observar roeduras en hojas, flores, frutos y brotes tiernos, habitualmente con excrementos y sin babas (nos da la pista de que no es un caracol o una babosa).
Pulgones (Myzus persicae, Macrosiphum euphorbiae, Aulacorthum solani, etc.): los pulgones producen un enrollamiento y arrugado de hojas hacia abajo. Además, se pueden apreciar colonias de estos pequeños insectos de color oscuro o verdoso, sobre todo, en los brotes tiernos de la planta en desarrollo. Otra pista es la presencia de melaza y hormigas a su alrededor.
¿Qué grandes enfermedades sufre el tomate?
Oídio: este hongo parásito que pertenece a la familia de las erisifáceas es una de las principales enfermedades del tomate. Sus síntomas más notorios son la aparición de manchas amarillas en el haz de las plantas que terminan por provocar necrosis en el centro. También suele aparecer una especie de polvo blanco en el envés de las hojas y puede llegar a provocar defoliaciones.
Mildiu del tomate: este hongo afecta a distintas especies de la familia de las Solanaceas. En el tomate daña a la parte aérea de la planta en cualquier fase de su desarrollo. La principal sintomatología del Mildiu en tomate es la aparición de manchas irregulares de aspecto aceitoso que invaden casi todo el foliolo. En el tallo también surgen manchas parduzcas, así como en los frutos inmaduros.
Alternariosis (Alternaria solana): en las hojas bajas nos encontramos con unas manchas pardas circulares en anillos concéntricos. En tallos y pecíolos las manchas son negras y están muy delimitadas. En frutos, se produce una necrosis deprimida y recubierta de un moho negro.
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