Al llegar los meses de calor y las altas temperaturas es necesario que adecuemos nuestra vestimenta y nuestros accesorios deportivos a las nuevas necesidades. Proteger nuestra piel, nuestra cabeza y nuestros ojos de los rayos solares pasa a ser una de las cosas más importantes que tenemos que hacer en verano si queremos seguir practicando deporte al aire libre de forma segura. Esto es todo lo que tienes que saber sobre cómo protegerte del sol mientras haces deporte.
Precauciones para hacer deporte con sol
Si eres de los que disfrutan haciendo deporte al aire libre, hay ciertas cosas que debes tener en cuenta en los meses de más calor del año. A la hora de salir a correr o de ir a entrenar a un parque debemos evitar siempre las horas más calurosas del día: lo mejor es escoger las primeras horas de la mañana o bien las últimas de la noche para ejercitarnos fuera de casa, cuando ya la temperatura ha bajado notablemente y no correremos riesgos innecesarios.
Además, no podemos olvidar en verano mantenernos correctamente hidratados antes, durante y después del entrenamiento. La botella de agua se hace imprescindible a la hora de entrenar: si vas a entrenar en el parque puedes meter tu botella de agua en el congelador un rato antes para que el hielo que se forme se vaya derritiendo progresivamente y así puedas disponer de agua fresca durante un buen rato. Si sales a correr, llevar un camelback o mochila de hidratación es prácticamente imprescindible en los meses de verano. Si no lo llevas, asegúrate de que en la ruta que vayas a realizar encuentres fuentes con agua potable tanto para beber como para refrescarte si fuera necesario.
¿Qué accesorios tenemos que usar?
¿Cuáles son los accesorios imprescindibles para correr cuando hace mucho calor? Te enseñamos a escogerlos.
Protege tus ojos con unas gafas de sol
Utilizar gafas de sol se hace necesario durante los meses de verano. A menudo protegemos nuestra cabeza y nuestra piel pero nos olvidamos de nuestros ojos, que también pueden sufrir daños en el caso de no estar protegidos por un filtro solar adecuado. Algunas lesiones oculares como las cataratas o la fotoqueratitis pueden verse favorecidas debido a la excesiva luz solar, por eso es muy importante que utilicemos unas gafas de sol deportivas adecuadas.
Además, también es importante utilizar las gafas de sol en relación con nuestra seguridad y comodidad, incluso si salimos a correr al atardecer o al amanecer cuando los rayos de sol no son tan directos pero es más posible que nos deslumbren. Si corremos por la calle o por zonas donde hay bicicletas, coches o transeúntes, la luz del sol puede molestarnos y no dejarnos ver bien qué hay delante de nosotros.
Las gafas de sol deportivas deben contar con un filtro solar UV del 99% como mínimo (la mayoría de gafas de sol de calidad, de fabricantes deportivos y ópticas suelen tener un filtrado del 100%) y un filtro de luz adecuado a la actividad que vamos a realizar.
Protege tu cabeza con una gorra o un pañuelo
Proteger nuestra cabeza de los rayos solares también es importante en las horas de más calor ya que puede ayudarnos a protegernos de una posible insolación, aunque nos encontremos en movimiento. Es importante que, si usamos una gorra, el tejido sea ligero y transpirable para evitar que el sudor se acumule en ella.
Otra opción es utilizar un pañuelo, que nos da la ventaja de poder humedecerlo en alguna fuente que encontremos en nuestro camino para mantener la cabeza fresca.
Protege tu piel con crema solar
Otro de los imprescindibles del verano es la protección solar. Asegúrate de que no está caducada (no es buena idea utilizar la crema de años anteriores, ya que suelen tener una vida útil de 12 meses y a partir de entonces sus propiedades disminuyen) y de que es resistente al sudor. Aplícatela antes de salir de casa y, en caso de ser necesario, renueva la aplicación cada hora aproximadamente.
El factor de protección solar que utilicemos debe ser acorde a nuestras necesidades, siempre bastante alto para asegurarnos una buena protección. Recuerda que debes aplicarla en todas las zonas de tu cuerpo que estén expuestas a los rayos solares haciendo especial hincapié en las zonas donde la piel es más sensible, como los hombros, la nariz, la parte superior de las orejas y la zona del escote.
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