Deporte, Entrenamiento

¿Qué es el entrenamiento invisible?

¿Qué haces cuando terminas de entrenar? ¿Has pensado cómo se recupera tu cuerpo tras una sesión intensa de ejercicio? Hablamos de lo que no se ve: el entrenamiento invisible.

El entrenamiento invisible es todo lo que hace el deportista entre una sesión de entrenamiento y otra. El término “invisible” tiene su origen en aquellas acciones que no forman parte del entrenamiento en sí, aquello que el entrenador “no puede ver”. Por ello, engloba varias situaciones: el descanso, la nutrición o actividades para reponer los músculos como la crioterapia o los masajes deportivos, entre otros.

El entrenamiento invisible es capaz de marcar la diferencia entre un buen deportista y uno excelente. Resulta determinante en el rendimiento deportivo, por lo que no es de extrañar que el entrenamiento invisible sea el motivo por el cual un deportista consigue un primer puesto en una competición o haga mejores marcas que sus rivales.

Ahora bien, el nivel de exigencia en el entrenamiento invisible entre los deportistas aficionados es bien distinto. Se espera una conducta saludable entre una sesión de entrenamiento y otra, pero la realidad puede ser que los compromisos ajenos a la vida deportiva te lleven a descansar pocas horas de sueño o a no tener una alimentación acorde a las necesidades del organismo.

El principio de supercompensación

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Resulta evidente que el cuerpo necesita recuperarse después de hacer ejercicio. Es en ese momento cuando surge la supercompensación. Se trata del equilibrio entre el entrenamiento realizado y la posterior recuperación que suele durar entre dos o tres días.

Durante el entrenamiento, el cuerpo es estimulado y se le lleva a un estado de estrés. Después de la actividad, comienza el periodo de supercompesación en el que cuerpo buscar ser eficiente produciendo los cambios para mejorar el rendimiento de cara a las siguientes sesiones. Dicho de otra manera: el cuerpo se prepara para estar adaptado a la próxima situación de estrés y en ocasiones, esto se traduce en agujetas.

A través de un entrenamiento planificado, la supercompesación es clave para que el deportista empiece a ver resultados. Esto es porque hay periodos en los que el cuerpo se somete a altos niveles de estrés para producir las adaptaciones necesarias y progresar. Estos periodos se equilibran a través de las fases de descarga (demanda de menos estrés en el organismo) en los que la actividad continua, pero se reduce el volumen o intensidad.

Factores claves en el entrenamiento invisible

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El entrenamiento invisible engloba muchos factores, pero sin duda, hay unos que tienen más peso que otros a la hora de mejorar el rendimiento deportivo. Veamos cuáles son:

  • Nutrición: los alimentos que ingiere el deportista inciden directamente en la capacidad de recuperación tras el entrenamiento, en la sensación de fatiga muscular e incluso en la aparición de lesiones. Hay que evitar cualquier alimento que no aporte muchos nutrientes, pero sí un alto número de calorías como los fritos, refrescos o la bollería, e incluir todo lo que sea frutas y verduras.
  • Descanso: el sueño no es beneficioso, es imprescindible. Si quieres progresar en los entrenamientos, no le debas horas a la cama. Durante el sueño se segregan hormonas como las del crecimiento que ayuda a que los músculos se regeneren después de una jornada de entrenamiento. También refuerza el sistema inmunológico, por lo que evitará que tengas que hacer un parón por enfermedad. Es importante pensar en que las horas de sueño son tan importantes como su calidad, ¿despiertas con sensación de haber descansado?
  • Estiramiento: estirar alivia las tensiones musculares, que si no se solventan a tiempo, pueden derivar en molestias o lesiones. Sin embargo, los beneficios de estirar van más allá: mejora la flexibilidad, mantiene la movilidad articular y ayuda a que el riego sanguíneo llegue a todos los tejidos y con ello los nutrientes; de esta manera también te recuperas antes. Por todo esto, es imprescindible incluir una parte de estiramiento dentro de cada sesión de entrenamiento.
  • Masaje deportivo: aunque se puede acudir a un fisioterapeuta para rehabilitarse de una molestia o lesión, hay que ver el masaje deportivo como un método de prevención. Dentro del entrenamiento invisible, serviría para reducir la tensión muscular, sobre todo en las zonas más prolíficas a causar problemas. Prepara los músculos de cara a una competición o ayuda a su recuperación tras el evento.
  • Crioterapia: la aplicación de frío en determinadas zonas del cuerpo es una práctica muy antigua. El frío es un vasoconstrictor, por lo que mitiga el dolor muscular y acelera su recuperación. También es un potente analgésico y un antiinflamatorio muy barato, ya que no necesitas acudir a ningún sitio para hacer crioterapia; en casa puedes aplicarte agua fría después de una sesión de entrenamiento en los músculos que has trabajado.
  • Motivación: la parte psicológica tiene mucho peso a la hora de seguir un programa de entrenamiento sostenido en el tiempo. La manera en la que afrontas cada entrenamiento puede determinar tu rendimiento o incluso que soportes el nivel de estrés en periodos de mayor exigencia. La gestión de este factor del entrenamiento invisible requiere mucho conocimiento de uno mismo, de saber cuándo se está disfrutando del deporte y cuándo no. En ocasiones, se necesita la ayuda de un profesional, que puede ser el propio entrenador el que te proporcione claves para mantener la motivación en todo momento.