Correr ha dejado de ser un deporte minoritario. Hoy en día, más de 3 millones de personas practican running de forma habitual en España. El triple que hace una década. El ánimo de ponerse en forma, mejorar el aspecto físico o la superación personal son los argumentos que empujan a diario a miles de personas a atarse las zapatillas y recorrer calles y parques. Un panorama ideal si no fuera porque estamos hablando de una actividad física que, por su nivel de exigencia, requiere valoraciones médicas como las pruebas de esfuerzo para determinar si se puede correr sin riesgos.
Qué es una prueba de esfuerzo
Las pruebas de esfuerzo, también llamadas ergometrías, consisten en exámenes en donde el paciente lleva a cabo ejercicio físico (caminar o correr) sobre un tapiz rodante o bien sobre una bicicleta estática. El objetivo de la prueba es valorar la respuesta del corazón durante el ejercicio, descartar si el paciente tiene una enfermedad coronaria, o conocer su pronóstico en caso de que haya sido diagnosticada con anterioridad.
En el caso de que el paciente padezca una enfermedad coronaria, podría existir obstrucción en una arteria que impediría el flujo normal de la sangre al corazón. Es posible que en reposo no se vean síntomas de esta obstrucción porque el flujo de sangre no es tan alto, por lo que en el electrocardiograma los valores saldrán normales. Sin embargo, al realizar una actividad física, el flujo de sangre aumenta por lo que, de haber obstrucción en una arteria, se produciría un déficit del riego sanguíneo que se reflejaría en el electrocardiograma.
Hay muchas razones por las que realizan pruebas de esfuerzo: hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, alteraciones del ritmo cardíaco. Las personas sanas que se someten a pruebas de esfuerzo lo hacen cómo método de prevención, aunque este examen también dice cuál es el umbral aeróbico y anaeróbico del paciente, así como su VO2máx (volumen de oxígeno máximo).
En qué deportes se suele hacer y en qué deportes es obligatorio
“No hay deportes de más riesgo, es una cuestión de esfuerzo”, aseguró el presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED), Pedro Manonelles, en una entrevista en la que se le preguntó sobre las muertes súbitas de deportistas populares en los últimos tiempos. Además de correr, algunos de los deportes con alto nivel de exigencia a los que hace referencia son el senderismo, el ciclismo y el fútbol, en resumen, deportes de resistencia.
Lo que quiere decir es que quienes practican deportes de resistencia podrían prevenir el peor de los escenarios con la realización de una prueba de esfuerzo, al menos, una vez al año. Esto independientemente de la distancia o el tiempo en el que estén haciendo la actividad en cuestión, ya que la intensidad del ejercicio es otro factor importante, sobre todo, en competición.
De hecho, en algunas pruebas de competición es en donde se exigen los chequeos médicos. Las carreras de montaña y las de ultradistancia han incluido estos exámenes como requisito previo a la hora de que el corredor confirme su participación. Es un requerimiento que se está planteando llevar al resto de carreras populares debido al aumento del número de personas que se ponen un dorsal sin haber pasado antes por el médico de cabecera.
En el resto del espectro de actividades deportivas, como son los deportes de fuerza, las pruebas de esfuerzo no son obligatorias, aunque, como decíamos, son recomendables para conocer la manera en la que el corazón reacciona ante el esfuerzo físico, entre otros detalles.
Por qué todos los deportistas deberían hacerse pruebas de esfuerzo
Cada vez se habla más de pruebas de esfuerzo, pero no se realizan tantas como runners que se presentan a carreras de largas distancias como el maratón. Un reciente estudio de CinfaSalud reveló que tres de cada cuatro corredores no se han hecho ninguna prueba de esfuerzo ni siguen un plan de entrenamiento pautado.
A lo anterior, tenemos que añadirle que la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en España, según la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Además, como dijimos al principio, estos exámenes arrojan muchos más datos que la detección de enfermedades del corazón. La cantidad de información que aporta esta prueba nos ayuda a mejorar el rendimiento en el deporte, ya que nos da pistas sobre los umbrales a los que tenemos que entrenar e incluso los tiempos que podemos llegar a hacer en carrera.
Fotos | Unsplash Brian Erickson / Curtis MacNewton / Quino Al
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