El masaje se utiliza para aliviar el dolor muscular y promover la relajación desde los tiempos de la Antigua Mesopotamia (2.000 a.C.). Mediante diversas técnicas actúa de forma superficial y profunda en los músculos de todo el cuerpo, contribuyendo así a nuestra salud y bienestar. Pero no todos los masajes son iguales, por eso hoy te contamos los principales tipos de masajes que existen, para que puedas escoger cuál es el mejor para ti.
Masaje terapéutico
El masaje terapéutico está orientado a aliviar dolores, molestias o enfermedades. Se aplica bajo prescripción médica, y puede utilizarse tanto para resolver problemas musculares, de ligamentos o tendinosos, como para mejorar la circulación.
Además del masaje básico, que se usa para tratar contracturas y lesiones, hay diferentes modalidades:
Drenaje linfático
Este tipo de masaje se aplica de modo terapéutico para movilizar los líquidos del organismo, tanto es así, que podría considerarse un tratamiento fisioterapéutico. El objetivo es ayudar a eliminar las toxinas y sustancias de deshecho que se acumulan en los mismos, activando la circulación y reforzando el sistema inmunitario.
El drenaje linfático tiene también otros beneficios como reducir la retención de líquidos, aliviar el dolor y la sensación de piernas cansadas, o mejorar nuestras defensas.
Masaje craneal
Este es un tipo de masaje que, como su nombre indica, se aplica en el cráneo, pero también en la cara, el cuello y los hombros. El masaje craneal alivia dolores de cabeza, tensiones cervicales, la fatiga mental y puede servir de apoyo para tratar el insomnio, el bruxismo, o las pérdidas de equilibrio y mareos.
Masaje deportivo
Como ya hemos comentado en otro artículo, la visita al fisioterapeuta es esencial en la vida del deportista, y los masajes de descarga nos ayudarán a mantener un ritmo óptimo de entrenamiento evitando lesiones, o contribuirán a que nos recuperemos antes si hemos sufrido alguna.
De mantenimiento, pre y post competición, o de rehabilitación, los masajes deportivos mejoran el rendimiento, la flexibilidad, la recuperación y mitigan el dolor.
Masaje relajante
Cualquier momento del año es ideal para darnos un masaje relajante y olvidarnos del estrés, aunque en vacaciones podemos aprovechar todavía más, para cuidarnos y descargar las tensiones de todo el año.
Este tipo de masajes relajan la musculatura y el sistema nervioso. Podemos encontrar varios tipos:
Masaje sensitivo
Este es un masaje antiestrés, que se aplica de forma suave en todo el cuerpo, aunque no suframos ninguna dolencia, simplemente para disfrutar de las sensaciones, tranquilizarnos y sentirnos mejor. El momento se suele acompañar de música, sonidos de naturaleza y un ambiente acogedor, iluminado por velas.
Aromaterapia
El masaje se realiza empleando sobre la piel aceites esenciales aromáticos, diluidos en otros aceites hidratantes. De esta forma la aromaterapia combina los beneficios del masaje convencional con el efecto relajante y reparador de los aromas que desprenden los aceites.
Masaje estético
El drenaje linfático, que hemos mencionado al principio, también puede tener fines estéticos, como reducir o evitar la celulitis, ayudar a eliminar líquidos si estamos intentando perder peso y mejorar el aspecto general de la piel, gracias a la activación de la circulación.
Los masajes estéticos deben ser realizados igualmente por un especialista cualificado, y nos pueden servir también para hidratar en profundidad todo el cuerpo, tratar el acné, ayudarnos a modelar la figura y tonificar los músculos o reafirmar el cutis.
Medicina alternativa
Dentro de las terapias naturales también encontramos masajes pensados para calmar todo tipo de dolores y mejorar nuestra salud. Como por ejemplo, estas dos técnicas milenarias que tienen su origen en la Antigua China.
Digitopuntura
Esta modalidad utiliza los mismos puntos que la acupuntura, pero en lugar de tratarlos con agujas, se hace presión en ellos con los dedos para activar, equilibrar y desbloquear cada zona de nuestro cuerpo.
Reflexología podal
Por último, nos vamos a ocupar de una de las partes más olvidadas de nuestro cuerpo, los pies, aunque la reflexología podal no es un simple masaje de los mismos, ya que, según este método, el pie representa una especie de mapa de todo el cuerpo y sus órganos. Al masajear ciertas zonas del pie, se trabaja su correspondiente “reflejo” en el cuerpo.
No hay dos masajes iguales, según nuestras necesidades y gustos podremos elegir el que mejor nos encaje, aunque es recomendable contar siempre con la recomendación de nuestro médico antes de empezar, ya que existen algunas contraindicaciones, y por supuesto ponernos siempre en manos de profesionales.
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