Cada año, los gimnasios se preparan para la llegada de septiembre. Al igual que enero, muchas personas reconocen que es el mes en el que se apuntan al gimnasio después de hacer un descanso durante la época estival.
Esto significa que septiembre es un buen momento para hacer balance de los excesos cometidos durante las vacaciones. También de asumir que muchas mañanas puedes despertarte con agujetas, aunque a continuación veremos qué hacer para que sean más llevaderas.
Hay varias maneras de que la vuelta a la rutina deportiva no sea tan dura y, sobre todo, de volver a hacer deporte sin fecha de caducidad. Si has elegido el gimnasio como el lugar donde sudar la camiseta, echa un vistazo a las siguientes recomendaciones.
Elige la actividad con la que más disfrutes
Por suerte, la gran mayoría de los gimnasios tienen un amplio abanico de actividades en su agenda. Desde yoga o pilates a clases de entrenamiento funcional o spinning. Es recomendable que, si aún no has identificado el deporte que te gusta, pruebes las clases colectivas del gimnasio para engancharte a alguna de ellas. Así, empezar a moverte no tiene que convertirse en un calvario.
También está la posibilidad de entrenar pesas o máquinas en sala. Ejercicios básicos como las sentadillas, el peso muerto, el press de banca o el press militar son ideales para partir de una base y acondicionar el cuerpo de cara a practicar algunos deportes de invierno.
Si no tienes experiencia con los hierros, no dudes en pedir ayuda al monitor de sala que te marcará un plan de entrenamiento en función de tu objetivo (como por ejemplo perder grasa en caso de que hayas aumentado de peso con las vacaciones). Además, el profesional te indicará cómo realizar cada uno de los ejercicios para así evitar posibles molestias y lesiones.
Empieza poco a poco para evitar las agujetas
La ansiedad por recuperar la forma es muy habitual entre quienes dejan de hacer ejercicio durante las vacaciones al mismo tiempo que no han cuidado mucho su alimentación. Y es que los resultados se notan a la hora de pesarse o de ponerse los vaqueros que quedaban bien antes del verano.
Esto hace que haya quienes se embarquen en intensas jornadas de actividad física desde el primer día sin dar lugar a los descansos que el cuerpo necesita para su adaptación. Las consecuencias son inmediatas: agujetas muy dolorosas desde el primer día.
Tener agujetas es normal, ya que se trata de microroturas que aparecen durante el entrenamiento y que el cuerpo repara a través del descanso así como de una correcta nutrición. Pero se necesita una buena planificación que el profesional de sala del gimnasio te puede facilitar para que las agujetas no te impidan hacer vida normal.
Sé constante haciendo hueco en tu agenda
No cabe duda de que los gimnasios se vuelven a llenar en septiembre, pero quienes acuden a él todo el año saben que en cuestión de meses el volumen de personas se reducirá nuevamente. Parece una obviedad, pero no basta con pagar el gimnasio para ponerse en forma, hay que marcar una serie de prioridades para ser constante con el ejercicio físico.
Para ello, un buen ejercicio consiste en sacar la agenda y pensar qué momento del día es el mejor para que acudas al gimnasio sin que interfieran otros compromisos. Recuerda que siempre será mejor moverte a diario, aunque solo sea media hora, que no hacerlo por problemas de horario. De ahí que buscar un gimnasio que se adapte a tus necesidades también sea vital para conseguir que tu vuelta a la rutina sea más llevadera.
También es muy recomendable encontrar a un compañero para ir al gimnasio. Es una buena manera de que alguien tire de ti en los momentos en los que prefieres quedarte en casa o al contrario, tirar tú de esa persona cuando está a punto de sucumbir a planes más cómodos que atarse las zapatillas y moverse.
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