El estrés es una respuesta automática del organismo ante situaciones que exigen mayor esfuerzo de lo ordinario. Se ha comprobado que el estrés laboral no solo agobia a los adultos, sino que también la presión académica puede llegar a afectar la salud bucal de los niños, adolescentes y estudiantes universitarios.
La Sociedad Española de Estudios de Ansiedad y Estrés indica que se está produciendo un incremento de esta patología, en concreto, un 8% de los niños y un 20% en adolescentes sufren estrés. Cuando las personas están bajo estrés emocional tienden a abandonar hábitos saludables y tomar alimentos azucarados, fumar, beber más alcohol y olvidarse del cepillo y la seda dental, lo que promueve el crecimiento de bacterias y acaba teniendo graves consecuencias en la salud bucodental.
Descuidar la ingesta de alimentos sanos puede provocar, entre otros problemas, una úlcera aftosa recurrente, es decir, aftas generalizadas en la cavidad bucal. Hay que cuidar la alimentación, evitar el exceso de dulces y asegurar un adecuado aporte vitamínico, ya sea mediante suplementación o merendando siempre frutas, en este tipo de periodos.
El estrés también se manifiesta en el organismo a través de dolores de cabeza, alteraciones gástricas, molestias musculares y graves consecuencias dentales. En muchos casos, este se sintomatiza de manera inconsciente ya que la tensión se exterioriza apretando los dientes o rechinándolos tanto de día como de noche, a esto se le denomina bruxismo. Esta patología tiene como resultado el desgaste de la superficie dentaria y dolor en la zona de la articulación temporomandibular. Según el Estudio Sanitas de Salud Bucodental 2016, un 13% de los adolescentes padece bruxismo. Por ello, es recomendable acudir al odontólogo en estos casos para que evalúe la necesidad de utilizar una férula de descarga.
Otras de las patologías más comunes que se manifiestan o se agravan como consecuencia del estrés son los herpes labiales y las enfermedades periodontales. Por un lado, según un estudio publicado en ‘Journal of Periodontics’, cuando el estrés no se maneja de manera adecuada, ni se establece un control de la enfermedad periodontal, se agrava tanto la pérdida de adherencia como la pérdida de hueso alveolar.
Para prevenir estas patologías y cuidar la salud bucodental durante épocas de estrés:
- Visitas periódicas al dentista: es importante acudir al dentista de manera habitual no solo para embellecer la sonrisa sino también para detectar pequeños problemas que puedan degenerar en algo mucho más grave.
- Poner atención a los malos hábitos: el simple hecho de morderse las uñas o morder un boli puede deformar los dientes. Aunque no lo parezca, internamente se están generando pequeñas fracturas en las articulaciones y se está dañando el esmalte de los dientes. Por ello, es recomendable intentar canalizar el estrés de otras maneras.
- Dieta equilibrada: es aconsejable tratar de evitar consumir azúcares y carbohidratos y decantarse por alimentos ricos en fibra, así como determinados frutos secos y productos derivados de los lácteos.
- Prótesis o implantes: en caso de utilizar prótesis o implantes hay que extremar el cuidado de la higiene dental y seguir al pie de la letra las indicaciones del dentista.
• Pasta dental y cepillos específicos: no todas las pastas y cepillos valen para todas las personas, hay que utilizar los que mejor se adapten a las características de la boca. Por ejemplo, si tienes una sensibilidad elevada, hay que utilizar productos especiales para combatirla.
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