¿Qué ocurre en nuestro cuerpo cuando estamos durmiendo? Puede que pensemos que al dormir todo nuestro organismo entra en un período de letargo para descansar, pero nada más lejos de la realidad. Durante las horas de sueño nocturno tienen lugar un buen número de procesos que preparan a nuestro cuerpo para que esté a punto para afrontar el nuevo día: procesos regenerativos del músculo y procesos hormonales tienen lugar en este espacio de tiempo, haciendo del sueño y del descanso algo imprescindible para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo.
Durante una noche de descanso nuestro sueño pasa por distintas fases en las que tienen lugar diversos procesos. Estas son las fases y ciclos del sueño por las que pasas cada noche.
Las fases y ciclos del sueño
No todo el descanso ni el sueño es igual una vez que nos metemos en la cama: nuestro sueño es cíclico y se divide en ciclos de aproximadamente 90 minutos que se repiten durante las ocho horas recomendables que pasamos durmiendo, pudiendo encadenar entre cuatro y seis ciclos seguidos. Dentro de estos ciclos se suceden diferentes etapas de sueño lento y de sueño paradójico, en secuencias con un orden determinado.
Fase I o etapa de adormecimiento
Esta primera etapa comprende aproximadamente los primeros diez minutos del sueño, desde que estamos en período de vigilia hasta que nos adormecemos, una etapa de transición.
Fase II o etapa de sueño ligero
La fase II de nuestro sueño ocupa aproximadamente el 50% de nuestros ciclos de sueño. Es la etapa en la que el cuerpo va desconectando lentamente de aquello que hay en nuestro entorno, y tanto nuestra respiración como nuestro ritmo cardíaco se van ralentizando. Dentro de esta fase se suceden etapas de gran actividad cerebral con otras de menor intensidad, algo que hace que sea muy difícil despertarnos cuando estamos en ella. ¿Alguna vez has soñado que caes por un precipicio y te has despertado súbitamente? Ha sido durante la fase II o de sueño ligero.
Fase III o etapa de transición
Se trata de una etapa corta, de apenas dos o tres minutos, en la que nos acercamos al sueño profundo. Durante las fases III y IV del ciclo del sueño es cuando nuestro cuerpo se encuentra en un estado de relajación profunda y cuando se dan los picos de segregación de hormona del crecimiento, muy importante para los deportistas.
Fase IV, etapa de sueño profundo o de sueño Delta
La etapa de sueño profundo suele ocupar aproximadamente un 20% del total del ciclo del sueño. Es la etapa más importante de todas, ya que va a determinar la calidad de nuestro descanso. Durante esta fase del sueño también es difícil despertarnos: nuestro ritmo respiratorio es muy bajo, así como nuestra presión arterial, que suele descender entre un 10 y un 30%.
Fase de sueño REM (rapid eye movement) o etapa de sueño paradójico
La etapa de sueño REM ocupa un 25% de nuestro ciclo del sueño, entre 15 y 30 minutos. Se denomina fase de rapid eye movement debido al movimiento constante de los globos oculares bajo los párpados. Esta fase se caracteriza por tener una alta actividad cerebral, muy similar a la que tenemos mientras estamos despiertos: durante la fase de sueño REM la actividad cerebral es muy alta, pero nuestros músculos se encuentran bloqueados. Es la fase en la que soñamos y captamos información del exterior.
Los ritmos circadianos y la incidencia en nuestro descanso
Los ritmos o ciclos circadianos son ritmos biológicos que todos los seres vivos tenemos y que nos ayudan a regular nuestro descanso. Generalmente se sincronizan con los ritmos ambientales, de modo que tendemos a descansar en las horas de oscuridad y a estar más activos durante las horas de más luz, aunque pueden desajustarse debido a circunstancias concretas (un ejemplo de ello podría ser el jet lag que sufrimos cuando viajamos a una zona con un huso horario diferente al nuestro).
Es importante que respetemos estos ciclos circadianos ya que la producción de hormonas está muy asociada a ellos: como hemos dicho antes, la hormona del crecimiento tiene picos de secreción durante la noche. También la secreción de otras hormonas como el cortisol, la hormona estimulante de la tiroides o la hormona adenocorticotrópica están reguladas por los ciclos circadianos.
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