Para evitar esta fiebre consumista, cada niño no debería recibir más regalos de los que pueda disfrutar y es conveniente darle más valor a la oportunidad de compartir estas festividades en familia y no tanto al mero hecho de recibir regalos.
El tipo de juguete adecuado para cada niño es aquel que se adapte a su edad, nivel de desarrollo y personalidad, además de aportarle beneficios a su desarrollo psicomotriz, cognitivo e intelectual, emocional y social. Por lo tanto, es preferible escoger bien los regalos y elegir aquellos que puedan proporcionar un aporte educativo mayor, ya que los niños pueden aprender mucho jugando y compartiendo. Evidentemente también tienen que resultar atractivos para los niños, aunque esto en gran medida depende de cómo se presentan los juguetes y de si siven para provocar diversión a través del juego.
Una buena oportunidad para enseñar a los niños a pensar de forma solidaria y evitar el pensamiento materialista es escribir con ellos la carta a los Reyes Magos.
La idea es orientarles para que su lista de deseos no contenga solo regalos materiales sino también experiencias, (por ejemplo, reunirse con familiares más veces al año), u objetivos que impliquen generosidad y empatía hacia otras personas (por ejemplo, que un amigo que suele enfermar, mejore su salud). Previo paso a redactar la carta con ellos, se aconseja a los padres fomentar una reflexión en el niño de cómo ha sido su conducta a lo largo del año y, en base al balance resultante, que ellos pidan los regalos que crean que se merecen.
Evitar regalos estereotipados por sexos, juguetes bélicos y regalar mascotas como si fueran juguetes
La estereotipación por sexos se establece desde la infancia al reproducir roles asumidos como convenientes para cada uno de los sexos. Para el libre desarrollo de la personalidad del niño es importante dejarle que desarrolle su curiosidad por aquello que les llame la atención, y si eso implica por ejemplo, que las niñas jueguen con naturalidad al futbol y los niños en la cocina, es necesario dejarles la opción de elegir sin coartarles su curiosidad.
Entre las opciones más beneficiosas para los niños, están los regalos manuales y aquellos que conllevan una cierta responsabilidad. Recurrir a regalos hechos en casa fomenta la creatividad y ayuda a no pensar únicamente en bienes materiales. Además es beneficioso enseñar a los más pequeños a asumir responsabilidades, pero son los adultos quienes deben explicarles con paciencia y constancia qué es lo que se espera de ellos. Asimismo, es necesario asegurarse de que el nivel de responsabilidad sea el apropiado para su edad y nivel de comprensión y, en este aspecto, los padres deben involucrarse y estar dispuestos a ayudar al niño a desarrollar esa responsabilidad.
En este sentido, numerosas familias optan por las mascotas como regalo de Navidad. Esta decisión puede ser una buena opción siempre y cuando los padres estén dispuestos a asumir con responsabilidad los cuidados de la misma y establezcan las normas respecto al trato y cuidados que todos los miembros de la familia deberán ejercer con la mascota. Y es que, aparte de que las mascotas aumentan la socialización, mejoran la psicomotricidad de los niños y aumentan su autoestima, puede ser un punto más de unión y compromiso familiar. Si el regalo elegido es una mascota la familia debe de estar comprometida con su cuidado y su crecimiento, además, el priorizar la adopción fomentará el valor de la solidaridad en el pequeño.
En cuanto a los regalos tecnológicos, lo importante es que los padres se pregunten qué aprendizaje de valor le puede aportar a su hijo esa tecnología, si es adecuada para el momento evolutivo del niño y si le sabrá dar un uso responsable. Y sobre todo, que enseñen al niño a hacer un buen uso de los mismos.
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