Normalmente, no es habitual que visitemos al oftalmólogo y una de las dudas que se nos presentan es saber cuáles son las señales que debemos tener en cuenta para hacer una visita a este especialista y chequear cómo anda nuestra vista.
Aunque hablaremos de las razones que pueden indicar que necesitamos visitar a un oftalmólogo, hay que tener en cuenta que realizar revisiones periódicas de la vista ayudan a detectar a tiempo problemas oculares. Conocerlos minimiza su impacto en la calidad de vida de las personas y realizar el tratamiento necesario, como el uso de gafas o lentillas, la realización de una intervención quirúrgica ocular o el tratamiento con medicamentos.
5 señales que indican que debemos visitar al oftalmólogo
1. Observar manchas móviles, destellos de luz, halos alrededor de luces
Los cuerpos flotantes que podemos observar en nuestra visión reciben el nombre de ‘miodesopsias’, aunque también son conocidas como ‘moscas volantes’. Se trata en la mayoría de los casos, de degeneraciones normales del gel que rellena el ojo, el humor vítreo. Otras veces pueden responder a inflamación o hemorragias de la cavidad vítrea que se acumulan en el humor vítreo. Estas partículas proyectan una sombra en la retina, lo que produce ese efecto de ‘moscas suspendidas’ en nuestra visión.
Aunque son inocuas y bastante habituales, no está de más visitar al oftalmólogo para que descarte problemas mayores, como un desprendimiento de la retina.
También puede darse el caso de que se observan una especie de halos alrededor de las luces. Esto puede significar que se necesita un cambio de gafas o lentillas, pero también puede ser un síntoma de una migraña ocular. Estos halos se suceden cuando hay aumentos bruscos de la presión intraocular, por lo que es muy importante consultar con un oftalmólogo.
2. Irritación y sequedad ocular
La irritación de los ojos, de por sí, no es una señal de alarma, pero cuando se convierte en una molestia habitual, puede ser un síntoma del síndrome del ojo seco, una condición crónica que resulta de la falta de lubricación y humedad en la superficie del ojo.
Para quienes padecen esta condición, resulta bastante molesta, por lo que es necesario visitar al oftalmólogo para que recomiende un tratamiento médico que disminuya los síntomas.
El síndrome del ojo seco se produce por alteraciones en la formación de lágrima suficiente o por alteraciones que disiminuyen el tiempo de permanencia de la lágrima en la superficie ocular. Las lágrimas son muy necesarias para tener el ojo hidratado y permitir una visión clara.
3. Exposición accidental a sustancias químicas
Si por alguna circunstancia estás expuesto a sustancias químicas y alguna entra en contacto con tus ojos, debes visitar con la mayor brevedad posible al oftalmólogo. Si tienes este tipo de accidente, lo más recomendable es que laves tus ojos con abundante agua fría durante unos minutos y de inmediato acudir al especialista. El oftalmólogo revisará todas las estructuras oculares que hayan podido sufrir daños por la sustancia que entró en contacto con el ojo.
4. Dolores repentinos en los ojos
Si tienes un dolor ocular agudo, podría ser señal de varios problemas, entre los que destacan: un cuerpo extraño alojado en el ojo o una infección viral o bacteriana. Otra de las causas de intenso dolor es una inflamación ocular, aumento de la presión intraocular, o simplemente que es necesario cambiar de gafas.
El aumento de la presión intraocular por encima de niveles muy altos también puede dar dolor ocular, pero de otro tipo y puede acompañarse de síntomas gastrointestinales como náuseas y vómitos y de síntomas visuales como disminución aguda de la visión.
5. Presentar sensibilidad a la luz
La sensibilidad a la luz, también llamada fotofobia, es uno de los síntomas de la migraña ocular o de que hay presencia de alguna inflamación en el ojo. Por eso, es necesario acudir al oftalmólogo para que determine sus causas y pueda tratarla acertadamente.
La edad, una de las razones por las que hay que visitar al oftalmólogo
Hasta los 40 años, es necesario hacerse revisiones completas de nuestra visión, cada 3 ó 5 años. Se recomienda que estas revisiones aumenten cada dos años, según se acercan los 40 años. Desde los 40 a los 65 años se recomienda visitar al oftalmólogo una vez por año. Estas revisiones permitirán detectar condiciones como la presbicia o la vista cansada.
Después de los 65 años deben aumentarse las revisiones completas de la vista. Son necesarias para diagnosticar enfermedades oculares como las cataratas, el glaucoma y la degeneración macular.
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