Seguro que has escuchado muchas veces lo importante que es el consumo de frutas, verduras y vegetales en nuestro día a día, y que deben ser la base de nuestra alimentación. Todos los alimentos de origen vegetal nos aportan, en mayor o menor medida, vitaminas, minerales y fibra, que nos ayudan a mantener el buen funcionamiento de nuestro organismo y que son necesarios para mantener sus procesos internos.
En el caso de las frutas es recomendable consumirlas siempre enteras, ya que al consumirlas en forma de zumo perdemos por un lado una buena cantidad de fibra, y por otro, la sensación de saciedad que percibimos a través de la masticación. Las frutas enteras, con piel siempre que sea posible (después de haberlas lavado de forma adecuada) o en forma de batido (donde solo desechamos el hueso si es que tienen) deben formar parte de nuestros menús saludables a diario.
Limitarlas solamente al momento del postre puede hacer que consumamos menos de las que debemos: una buena idea es integrarlas en las comidas principales del día creando un sabroso contraste de sabores junto con otros alimentos salados.
Si además consumimos frutas de temporada y adquiridas en el mercado, estaremos contribuyendo a reducir nuestra huella de carbono, a fomentar el mercado local y a ahorrar unos cuantos euros.
Quizás el aporte más apreciado de las frutas son sus vitaminas: unos nutrientes inorgánicos que nos resultan imprescindibles para la vida. Estas son las vitaminas que podemos ingerir a través de diferentes frutas, y dónde podemos encontrarlas.
Las vitaminas que nos aportan las diferentes frutas
- Vitamina A: también conocida como retinol, la vitamina A es una vitamina liposoluble que interviene en la visión (de ahí su nombre, ya que genera pigmentos necesarios para el funcionamiento de la retina), en nuestro sistema inmunitario, en la formación de tejidos como la piel y las mucosas y en el crecimiento, y se almacena en nuestro hígado. A través de nuestra alimentación podemos ingerir dos tipos de vitamina A: la vitamina A preformada se encuentra básicamente en alimentos de origen animal, como la carne de res o el pescado, mientras que la provitamina A, cuyo tipo más conocido es el betacaroteno, podemos encontrarlo, entre otras, en frutas como el melón, el albaricoque, el melocotón, el pomelo, el mango o la papaya.
- Vitaminas del grupo B: las vitaminas del grupo B son ocho vitaminas distintas que están relacionadas con el metabolismo celular. A diferencia de la vitamina A, las vitaminas del grupo B son hidrosolubles y no se pueden almacenar en el organismo.
- Vitamina B1: también conocida como tiamina. Sus funciones van desde el metabolismo energético hasta el del oxígeno, pasando por el buen funcionamiento del sistema nervioso. Una de las frutas en las que podemos encontrar vitamina B1 es la sandía.
- Vitamina B2: es la que conocemos como riboflavina. Favorece la absorción de los tres macronutrientes: grasas, proteínas e hidratos de carbono y su ausencia puede provocar trastornos de la piel, entre otros. Entre las frutas podemos encontrarla en los ricos kiwis.
- Vitamina B3: o niacina. Sus derivados tienen la función de reparación de nuestro ADN. Podemos encontrarla en frutas tan apetecibles como los plátanos y el melón.
- Vitamina B5: también llamada ácido pantoténico. Es necesaria para la correcta asimilación de los nutrientes, y se llama así porque podemos encontrarla en pequeñas cantidades en la mayoría de los alimentos (viene de pantothen, que en griego significa ‘de todas partes’). El plátano y las naranjas son fuentes de vitamina B5.
- Vitamina B6: la piridoxina. La falta de esta vitamina puede causar problemas en la piel. Se recomienda su ingesta a mujeres en la época de la menopausia, ya que alivia los síntomas característicos de este período. En las frutas podemos encontrarla en plátanos y sandías.
- Vitamina B9: el famoso ácido fólico, una vitamina indispensable para el buen funcionamiento del sistema nervioso y que además favorece la regeneración de las células. Entre las frutas que nos aportan ácido fólico podemos encontrar las moras y las fresas.
- Vitamina C: la vitamina C o ácido ascórbico es una de las más preciadas vitaminas que podemos encontrar en las frutas, al tratarse de un nutriente esencial para los mamíferos. La mayoría de animales y plantas pueden producir su propia vitamina C, pero esto no es así en los humanos, que necesitamos aportarla a través de nuestra dieta. Las frutas más ricas en vitamina C son los cítricos como las naranjas, pomelos, limones…
- Vitamina K: la vitamina K también es conocida como fitomenadiona o vitamina antihemorrágica, ya que su función principal es la de participar en la coagulación de la sangre. Es necesario que la ingiramos a través de la dieta, ya que su síntesis endógena es muy baja. En las frutas podemos encontrarla en los kiwis, las ciruelas, las peras, los melocotones o las uvas, aunque en una mayor cantidad la encontramos en las verduras de hojas verdes.
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