Prevención, Salud

Verdades y mentiras sobre el acné

El acné es uno de los problemas de la piel que más consultas genera y que más preocupa a la población. Sobre los odiados granos, giran muchas ideas… algunas totalmente falsas.

El acné es una de las patologías de la piel que más consultas genera y uno de los problemas de la piel que más angustia y complejos ocasiona a quien lo sufre. Afecta fundamentalmente a la población adolescente, aunque no es exclusiva de este tramo de edad.

Los temidos granos salen cuando las glándulas sebáceas producen más grasa de la que se va eliminando de manera natural, ocasionando la obstrucción y taponamiento del poro.

Este poro taponado es más susceptible de infectarse por acción de las bacterias presentes en la zona. Si esto ocurre, la zona acaba inflamándose y dando lugar a las características pústulas blanquecinas o amarillentas.

Verdadero o falso

El acné solo afecta a los jóvenes. Falso

El acné se desencadena debido a alteraciones hormonales que influyen en la producción de grasa. Aunque en la adolescencia estos cambios hormonales son más acusados, pueden darse en cualquier edad.

Comer chocolate hace que te salgan granos. Falso

Una dieta saludable contribuye a lucir una piel más bonita y luminosa en general, pero el acné obedece a factores hormonales, de manera que comer chocolate o chorizo (un alimento que también se relaciona erróneamente con el acné) no incide, en principio, en su aparición o evolución. Algunos pacientes, sin embargo, si relacionan brotes de acné con el consumo de alguno de estos alimentos, en este caso, lo lógico es no consumirlos.

Eso sí, parece que los hidratos de carbono refinados y los alimentos ultraprocesados pueden contribuir a la aparición de granitos e imperfecciones en la piel.

Mitos sobre el acné

El acné es producto del estrés. No, pero…

El estrés, la ansiedad, los estados de nerviosismo… no son causa directa del acné, pero si pueden empeoran el estado del acné, y pueden desencadenar nuevos brotes.

Tomar el sol elimina el acné. Falso

Siempre se ha dicho que en verano el acné remite, pero en realidad no es así. Los baños de sol sin fotoprotector solar pueden secar la piel y dar la sensación de que los granitos desaparecen, pero lo cierto es que la producción de sebo en exceso se mantiene, incluso aumenta. Según datos de la Academia Americana de Dermatología y Venereología, alrededor del 32 % de los pacientes con acné empeoran con la exposición al sol.

Además, los dermatólogos advierten del peligro de creerse este mito, ya que los pacientes toman el sol sin aplicarse crema fotoprotectora, lo que eleva el riesgo de quemaduras y cicatrices.

La pasta de dientes seca los granos rápidamente. Falso

Aplicar ciertos remedios caseros para hacer desaparecer los granos multiplica el riesgo de infecciones, reacciones alérgicas o complicaciones en la cicatrización. Incluso aunque sean capaces de “secar” el granito, los especialistas defienden que existen montones de productos farmacológicos cuyo perfil de seguridad es mucho mayor.

Explotar granos es malo. Verdadero

Aplastar o “espachurrar” la zona de los granos no acaba con el acné. Por el contrario, incrementa el riesgo de infecciones, aumenta la inflamación de las lesiones y provoca un empeoramiento de las lesiones con el riesgo de dejar una cicatriz difícil de eliminar posteriormente.

  • Lo mejor para hacer desaparecer los granos es aplicar productos recomendados por el dermatólogo para acelerar el proceso antiinflamatorio. Básicamente, son geles o lociones astringentes que resuelven el brote de acné más deprisa. Es esencial la limpieza diaria con productos específicos, para mantener la piel perfectamente limpia y protegida.
  • También se utilizan antibióticos y retinoides tópicos, así como productos con alfa hidroxiácidos, que realizan un peeling continuado de la piel, para eliminar los diferentes tipos de comedones (negros o blancos), y favorecer la eliminación de seborrea.
  • En casos más severos se pueden realizar tratamientos orales con antibióticos específicos para el acné, retinoides orales, o tratamientos hormonales, adecuados a cada tipo de acné y paciente, de forma completamente individualizada, y siempre prescritos por el dermatólogo.