La tecnología digital y el comercio on-line han hecho posible que podamos adquirir gran cantidad de bienes y servicios sin movernos de casa y tan solo tecleando en nuestro ordenador o teléfono móvil. Esta tendencia ha alcanzado a los servicios de salud… y no solo para pedir cita, agilizar la atención sanitaria o acceder a las historias clínicas. Además, la Red se ha convertido en un gran escaparate de productos que no siempre cuentan con el beneplácito de los expertos, que miran con recelo cómo este tipo de transacciones pueden acarrear riesgos para la salud de los usuarios.
Este es, precisamente, el caso de la venta de lentes de contacto a través de Internet. Numerosos especialistas han alertado de la banalización de este servicio y de los riesgos que ello implica. A continuación, te contamos todos los detalles:
- Atención profesional. Las lentillas son una alternativa excelente para solucionar problemas de refracción como la miopía, hipermetropía o astigmatismo en la población que no puede o no quiere llevar gafas. No obstante, no hay que olvidar que las lentes de contacto son productos sanitarios que deben ser fabricados, prescritos y adaptados por profesionales cualificados. No se trata de colocar una lentilla como quien coloca un tatuaje o un piercing. Se trata de adaptar una lente de contacto sobre un tejido noble como es la córnea. Por ello, se aconseja a la población que acuda a su oftalmólogo quien, antes de adaptar una lente de contacto, podrá estudiar todos los tejidos oculares que pueden ser afectados por una mala indicación. Tipo de lágrima, tiempo de ruptura de la misma, tamaño del menisco lagrimal, contaje endotelial para descartar pleomorfismo o polimegatismo celular, análisis del epitelio germinal del limbo esclerocorneal, entre otros, son elementos a analizar en busca de patologías que posteriormente pueden acabar con patologías graves como son las perilimbitis, la conjuntivitis folicular gigante, el ojo seco, etc. Esto no ocurre al comprar las lentes de contacto por Internet, transacción en la que ningún profesional analiza ni estudia nada.
- Adaptación. A pesar de que los materiales con los que se fabrican las lentillas y las soluciones para limpiarlas y preservarlas han hecho que cada vez más personas puedan llevarlas, lo cierto es que no todo el mundo es candidato a ello. El médico oftalmólogo lleva a cabo un estudio completo de la situación visual del usuario según su problema de refracción, si tiene uno o más defectos visuales, cómo es la forma del globo ocular, el estado de la superficie de la córnea… y con eso encarga unas lentillas individualizadas que el usuario debe probar durante un periodo de adaptación que dura varios días. En ese tiempo, se comprueba si la visión es buena, si surgen irritaciones, picores… tanto con las lentillas como con los líquidos. Comprar las lentes de contacto on-line se salta este paso fundamental.
- Instrucción. El optometrista clínico del centro oftalmológico enseña al usuario a conservar las lentillas y a solucionar incidencias que puedan presentarse durante su uso. Según varios trabajos, quienes adquieren sus lentillas por Internet son más propensos a obviar estas medidas y, por lo tanto, son más vulnerables a sufrir infecciones y problemas derivados de un mal uso de las mismas.
- Problemas leves. Usar unas lentes de contacto no adecuadas puede ocasionar problemas en los ojos poco importantes, como irritación, picor o enrojecimiento del ojo que suelen desaparecer simplemente con quitar la lentilla y enjuagar el ojo con solución salina o suero fisiológico.
- Problemas más serios. No obstante, también pueden aparecer sequedad ocular, conjuntivitis, queratitis, úlceras corneales, lesiones epiteliales… que requieren de atención por parte de un médico oftalmólogo. Por ejemplo, la queratitis bacteriana es una infección que provoca lagrimeo, fotosensibilidad, secreciones y cierto dolor. Hay que tratarla cuanto antes porque aunque en principio no reviste gravedad, tiene la capacidad de extenderse muy rápidamente. Si llega a zonas más profundas del ojo puede dejar cicatrices que interfieran posteriormente en la visión. El peor y más temido de los escenarios es la infección por pseudomonas que pueden incluso llegar a provocar una endoftalmitis con riesgo serio para el globo ocular si no es diagnosticada y tratada a tiempo.
Cuidados básicos de las lentes de contacto
- Manipularlas siempre después de lavarse las manos con agua y jabón y secarlas cuidadosamente.
- Usar soluciones limpiadoras y líquidos preservadores recomendados por profesionales y adquiridos en establecimientos autorizados.
- Guardar siempre las lentillas en el portalentes con cuidado de no dañarlas con la tapa.
- No usarlas para ducharse, bañarse en la playa o la piscina y no dormir con ellas, ni siquiera la siesta.
- Si son desechables, respetar el tiempo de uso estipulado por el fabricante.
- No usarlas si se aprecian síntomas de infección en curso (secreciones, legañas, lagrimeo, irritación…).
- Retirarlas inmediatamente si se mete un cuerpo extraño en el ojo o si repentinamente se nota picor, irritación, quemazón o dolor en la zona.
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