¿Sabías que 1 de cada 2 pacientes con cáncer avanzado tiene o tendrá metástasis ósea? Además, esa cifra se va incrementando cada vez más, por lo que 3 de cada cuatro la presentan al final de sus días.
Con estos datos no pretendemos alarmar, sino tan solo concienciar del problema.
Cáncer de huesos
Conviene distinguir entre el cáncer que se origina en los huesos de las metástasis óseas, es decir, de cánceres originados en otros órganos del cuerpo.
Los cánceres de huesos primarios se clasifican en:
- Osteosarcoma, el más común. Aparece más frecuentemente en el húmero, el fémur o la tibia, y se da en adolescentes y adultos jóvenes, entre otros
- Sarcoma de Ewing. Suele desarrollarse en los propios huesos o en los tejidos blandos cercanos. Afecta a las extremidades, costillas, pelvis y columna, con mayor frecuencia. También puede desarrollarse en adolescentes
- Condriosarcoma, el segundo cáncer óseo más común. Se desarrolla en los cartílagos de los brazos, del fémur, de las costillas, de las rodillas o de la pelvis. Suele aparecer entre los 50 y los 70 años
¿Cómo tratar los síntomas en caso de metástasis óseas?
En los casos en que el cáncer se propaga a los huesos, quizá la curación total sea difícil, pero siempre existen tratamientos para reducir el crecimiento del cáncer y mejorar la calidad de vida del paciente. Para aliviar el dolor, son adecuados los cuidados paliativos.
Las metástasis óseas pueden ser de muchos tipos y no todas producen los mismos síntomas. No obstante, en este artículo recogemos algunos de los más frecuentes y su posible tratamiento:
- Los síntomas de dolor, en general, pueden minorarse con medicamentos específicos, o bien con tratamientos locales o sistémicos que se usan para las metástasis de huesos
- La hipercalcemia supone la existencia de niveles altos de calcio en sangre que se liberan como consecuencia de la descomposición o de los problemas óseos
- Los niveles altos de calcio afectan a los riñones, por lo que se orina con frecuencia y se tiene sed. Además puede aparecer aletargamiento, debilidad muscular, dolores musculares… Suele combatirse con elevadas cantidades de líquidos intravenosos hasta que disminuye el nivel de calcio. También suelen usarse bifosfonatos mediante inyección intravenosa que puede repetirse mensualmente, hasta que bajen los niveles de calcio
- La debilidad en los huesos causada por la metástasis puede llevar aparejadas fracturas óseas
Son especialmente sensibles los huesos de las piernas y los cercanos a la cadera, porque soportan más peso.
A veces, se experimenta un dolor intenso antes de que se produzca la fractura.
En algunos casos, puede ser aconsejable una cirugía para reforzar el hueso mediante la colocación de una varilla de metal, o, si ya está roto, colocar un soporte de acero.
Para fortalecer los huesos de la columna, en caso necesario, suele utilizarse un cemento óseo que se inyecta. El procedimiento se denomina vertebroplastia. Cuando se usa en otros huesos, cementoplastia.
Las cirugías pueden combinarse con tratamientos de radiación, con el objetivo de evitar la expansión del cáncer.
Si la metástasis se propaga a la columna vertebral, en ocasiones puede presionar la médula espinal. Esto se considera una urgencia médica, ya que la citada compresión puede ocasionar parálisis.
En cualquier caso, los tratamientos posibles también están en relación directa con el estado del paciente y el grado de evolución de la enfermedad, ya que todo ello va a determinar el objetivo del tratamiento: aminorar el dolor, normalmente utilizando fármacos o radioterapia, o reducir el crecimiento o expansión de la enfermedad.
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