Respetar el horario de los medicamentos es muy importante, ya que los fármacos deben administrarse en un intervalo determinado debido al tiempo que persisten en el organismo tras su toma.
Cabe recordar que los efectos de un determinado medicamento dependen de la cantidad (concentración) que dicho fármaco alcanza en el organismo para su acción. Los fármacos permanecen en la sangre y en los diversos tejidos del organismo durante un tiempo y después se degradan y se eliminan.
Esto nos lleva al concepto de la “semivida de un fármaco”, que es el tiempo que tarda en reducirse la concentración de un fármaco en sangre en un 50%, y es el que determina cada cuántas horas se debe administrar un medicamento.
Medicación: ¿qué pasa si tomamos una dosis antes de tiempo?
Si administramos un fármaco cuando aún existen altas concentraciones del mismo en la sangre es evidente que estas concentraciones aumentarán, lo que no se traduce en un aumento de los efectos beneficiosos, sino que podrían aparecer reacciones adversas. En algunas ocasiones, estas reacciones adversas pueden poner en peligro la vida del paciente.
¿Qué pasa si tomamos una dosis después de tiempo?
Si por el contrario administramos el fármaco varias horas después de lo que dura su “semivida” se corre el riesgo de que durante el intervalo entre las dosis, los niveles que el fármaco alcanza en la sangre y en los tejidos sean inferiores a aquellos en los que ejerce sus efectos beneficiosos. Esto se traduce en que el paciente no estará protegido durante un cierto número de horas a pesar de que el fármaco es seguro y eficaz para tratar la enfermedad que padece.
Por esto, es muy importante respetar la pauta de administración que nos señala el médico.
Igual de importante es cumplir con la duración del tratamiento. Nunca se debe interrumpir un tratamiento, aunque notemos que nos sentimos mejor, y nunca hay que prolongarlo, aunque no acabemos de encontrarnos bien. En este caso, se debe acudir al médico que es quién debe decidir si se aumenta o se cambia el tratamiento.
Responsabilizarse del propio tratamiento
Con el término “adherencia” se define el buen cumplimiento de un tratamiento, lo que significa tomar los medicamentos siguiendo estrictamente las indicaciones de los profesionales sanitarios y no abandonar los tratamientos antes de finalizarlos.
La no adherencia a los tratamientos médicos es un problema muy importante en nuestra sociedad de hoy en día que afecta a más de la mitad de los pacientes.
Desde los servicios médicos se han intensificado los esfuerzos por transmitir al paciente la importancia de que se responsabilice de su propio tratamiento farmacológico, consiguiendo de esta forma el máximo beneficio a la vez que se disminuyen los riesgos asociados (efectos secundarios, etc). Para ello, es importante que la persona disponga de información suficiente y veraz que le permita tomar los fármacos prescritos correctamente.
No disponer de información adecuada sobre los medicamentos supone abandonar el tratamiento, lo que conduce al fracaso terapéutico y a importantes consecuencias en la salud de los pacientes.
Como consejo general, en caso de que olvidamos tomar una dosis pero todavía no haya pasado mucho tiempo, hay que tomarla. En cambio, si estamos más próximos a la hora de la siguiente toma, hay que esperar y saltarse la que nos hemos olvidado.
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