Hace años ver a personas con tatuajes era algo poco común, sin embargo, con el paso del tiempo se ha convertido en un hecho muy normal y ya casi es más curioso encontrar a personas con la piel sin tinta que con ella tatuada. Algunos se tatúan por moda, otros para recordar un momento importante de sus vidas, otros lo toman como un adorno de su cuerpo. Antes los tatuajes eran para siempre, pero ahora, con la técnica láser de eliminación de tatuajes, estos pueden pasar a la historia.
Piensa siempre antes de tatuarte
Que los tatuajes puedan eliminarse no debe ser una razón para hacérnoslos sin haberlo pensado bien antes. Debemos ser conscientes de lo que supone tatuarnos y pensar muy bien qué diseño queremos hacernos y en qué parte del cuerpo para evitar posibles arrepentimientos. Un tatuaje pequeño en una zona discreta es una buena idea para comenzar.
Algunos dicen que lo mejor es hacernos el tatuaje en un lugar que sea de difícil acceso para nuestros ojos, como la espalda, puesto que si no lo vemos no nos cansaremos de él. También hay personas que optan por tatuarse en zonas donde el tatuaje se puede ocultar fácilmente como la ingle o el tobillo. Otros, sin embargo, prefieren tatuajes grandes y vistosos que queden a la vista de todos. Es una cuestión muy personal que debe meditarse bien antes de pasar a la acción.
Por supuesto, es básico contar con un buen profesional del tatuaje que nos garantice un trabajo perfecto, tanto en el diseño como en la parte de la ejecución técnica. El material y el ambiente en el que se va a tatuar debe estar correctamente higienizado: las agujas para tatuar deben ser siempre de un solo uso, y el profesional debe enseñarnos cómo las saca de su envoltorio al inicio y cómo las desecha al final.
¿Y si me arrepiento de mi tatuaje?
Desgraciadamente, hay muchas ocasiones en las que nos podemos arrepentir de un tatuaje: quizás fue un tatuaje realizado en la juventud que ha dejado de tener sentido para nosotros, quizás nos tatuamos un nombre pensando que, como la tinta, iba a ser para siempre, o simplemente puede que nos hayamos cansado de verlo. Para estas ocasiones tenemos a nuestra disposición la tecnología láser de eliminación de tatuajes.
El método más moderno y seguro de eliminación de tatuajes es la tecnología láser Q-Switched, que acaba con las complicaciones derivadas de los tratamientos que se usaban anteriormente como la cirugía (demasiado invasiva y que deja cicatriz) o el ácido láctico. Esta técnica genera impulsos de energía con una determinada longitud de onda que elimina las partículas de tinta de nuestro tatuaje. Generalmente se necesitan entre seis y ocho sesiones para eliminar un tatuaje, aunque esto depende del diseño, su antigüedad, si se han utilizado tintas de colores, etc.
Se trata de un procedimiento no invasivo y de alta precisión que desfragmenta los pigmentos de la tinta y hace que estos se eliminen a través del sistema linfático y de la piel. Es un procedimiento poco doloroso que es capaz de acabar con el 85-90% de los tatuajes, y que también puede aplicarse a la micropigmentación en el caso de que queramos eliminarla. Puede utilizarse en todo tipo de pieles, y es seguro y fiable hasta en las pieles más sensibles.
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