Según los expertos, suele aparecer entre los 18 y los 40 años de edad, aunque en los últimos años se ha incrementado en pacientes jóvenes debido al exceso de consumo de bebidas acidogénicas y el uso indiscriminado de productos de blanqueamiento dental sin supervisión odontológica.
La sensibilidad dental se origina cuando la dentina, que habitualmente está protegida por la encía, el cemento radicular y el esmalte del diente, queda expuesta a estímulos externos permitiendo que el calor, el frío o los ácidos de algunas bebidas y alimentos se reflejen en los nervios y células del diente, provocando un dolor intenso, localizado y de corta duración.
Aunque suele estar relacionado con los hábitos diarios de higiene bucodental de los pacientes -un cepillado inadecuado en fuerza y/o frecuencia, el uso de pasta dental muy abrasiva, el exceso de bebidas carbónicas o ácidas, o emplear una fuerza excesiva en la masticación-, detrás de la sensibilidad dental se pueden esconder otros problemas dentales más graves, como son:
- Caries: cuando una caries atraviesa el esmalte y llega hasta la dentina ocasiona una gran sensibilidad ante productos fríos, calientes o ácidos.
- Empastes desgastados: cuando un diente que ha tenido caries se empasta, dicho empaste puede verse desgastado por un cepillado agresivo o por la erosión causada por productos particularmente ácidos o por el acto de rechinar y apretar los dientes (bruxismo). En esos casos, la dentina vuelve a verse expuesta provocando la sensación de dientes sensibles.
- Enfermedades de las encías: el tejido de las encías se inflama y debilita debido a la gingivitis o a la periodontitis, es posible que se pueda sentir sensibilidad dental.
- Encías retraídas: en el caso de pacientes con encías retraídas (por enfermedades periodontales, un mal cepillado, el tabaco o demás causas) la dentina queda expuesta a las agresiones externas y, por lo tanto, es especialmente sensible a ellas.
- Esmalte dental desgastado: tener malos hábitos (como morderse las uñas, morder bolígrafos,…), además de un cepillado agresivo con una pasta muy abrasiva, puede provocar el desgaste del esmalte, lo que deja la dentina sin protección.
- Bruxismo: cuando un paciente con bruxismo o con demasiada fuerza de masticación provoca un desgaste dental, puede producirse una exposición dentinaria.
¿Cómo prevenir la sensibilidad dental?
La higiene bucal es la clave. El cepillado adecuado y sobre todo la limpieza con seda dental son dos elementos que ayudan a prevenir infecciones en las encías que pueden provocar sensibilidad dental.
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