A lo largo de las distintas etapas de la vida, la anatomía íntima de la mujer sufre numerosos cambios. El parto o la menopausia dejan huella en el suelo pélvico y en la vagina. Tras el embarazo y el parto se puede producir cierta hiperlaxitud vaginal. Se trata de un trastorno frecuente provocado por la pérdida de tono, elasticidad y firmeza de las paredes de la vagina, y que puede causar desde incontinencia urinaria leve hasta pérdida de calidad de vida sexual, puesto que al ceder el tejido vaginal disminuye el placer tanto para la mujer como para su pareja. En la menopausia, por el contrario, la sequedad y la atrofia producen una disminución de la elasticidad de la vagina provocando que las relaciones sexuales sean dolorosas. Además, el debilitamiento progresivo del suelo pélvico asociado a la edad es causa de incontinencia de orina.
La mayor parte de los casos de hiperlaxitud vaginal se producen como consecuencia de los embarazos y partos, que debilitan las paredes de la vagina. Pero la hiperlaxitud vaginal también puede tener su origen en algunas enfermedades, como la obesidad, o en ciertas prácticas deportivas, como correr o el atletismo.
Tratamiento eficaz de la hiperlaxitud vaginal
Aunque se trata de un problema frecuente, muchas mujeres no lo consultan con su médico por vergüenza o porque creen que se trata de una consecuencia inevitable de los procesos naturales por los que hay que pasar. Sin embargo, la hiperlaxitud vaginal y el síndrome genitourinario de la menopausia pueden tratarse de una manera sencilla y eficaz con el láser C02 Gynelase™, un procedimiento de rejuvenecimiento vaginal que no solo permite la recuperación estética sino también funcional de los tejidos, mejorando la satisfacción sexual, la autoestima y la confianza.
El tratamiento con C02 Gynelase™ consiste en la aplicación de minúsculos impulsos de láser en el tejido a tratar, lo que promueve la producción de colágeno y, en consecuencia, el engrosamiento de las paredes de la vagina. De esta manera, es posible devolverles su firmeza, tono y elasticidad. Además, el tratamiento permite restaurar el pH vaginal, mejora la lubricación y refuerza el tejido que rodea la uretra, disminuyendo así la incontinencia urinaria leve.
Entre las principales ventajas del láser se encuentran que es un tratamiento seguro, mínimamente invasivo, sin incisiones, anestesia o efectos adversos. Se aplica de manera ambulatoria –no requiere hospitalización- en sesiones de entre 10 y 15 minutos, y tras cada sesión puedes retomar tu vida diaria de manera inmediata. Además, el tratamiento se lleva a cabo en la consulta con todas las medidas de seguridad necesarias y bajo el control de un especialista.
Para mejorar la hiperlaxitud vaginal y el síndrome genitourinario de la menopausia se necesitan, aproximadamente, unas 3 sesiones de C02 Gynelase™, con otra sesión de recuerdo a los 6 meses. No obstante, el especialista será quien determine el número y duración de cada sesión tras estudiar minuciosamente tu caso.
Actualmente no hay ningún comentario sobre este tema.
¡Sé el primero en hacerlo!