Hace tiempo que la telemedicina irrumpió en nuestras vidas con numerosas ventajas para el paciente: Asistencia 24/7, acceso a un cuadro médico más amplio al eliminar las limitaciones geográficas, ahorro de tiempo en desplazamientos y esperas, mayor privacidad y accesibilidad.
A todas ellas hay que sumarle la aportación que realiza también al entorno. Porque la tecnología es una herramienta que puede apoyar el proceso de descarbonización al contribuir en la reducción de la contaminación atmosférica. ¿Cómo? Gracias a la reducción de desplazamientos en vehículos de combustión que generan gases de efecto invernadero (GEI). Estos gases son los que están causando el cambio climático y dañando el planeta.
Al optar por servicios digitales, es posible realizar distintas tareas en remoto, con lo que se reduce en muchos casos la necesidad de desplazarse. Así por ejemplo, en el caso de los servicios médicos digitales, elegir la modalidad de videoconsulta cuando sea posible, y cuando nos evita un desplazamiento en coche, ahorra la emisión de CO2 a la atmósfera. Esto también sucede, por ejemplo, cuando se revisa un informe médico a través de una app o de una plataforma web, si con esa acción se evita ir a recogerlo físicamente a la consulta. En este último caso, además, también se reduce papel, al no ser necesaria la impresión ya que las pruebas médicas, consentimientos e informes están disponibles en las plataformas digitales.
¿Es posible conocer el CO2 evitado al usar servicios médicos digitales?
Sanitas ha incorporado una nueva utilidad a la app MiSanitas y al portal de clientes, denominada “Tu huella de carbono” con este objetivo. Gracias a ella, cada cliente puede conocer los datos concretos de ahorro de emisiones de CO2 derivados de su propia actividad asistencial. De esta manera, puede saber las emisiones netas que ha evitado al realizar una videoconsulta o al descargarse un informe médico en formato digital en vez de desplazarse para recogerlo en consulta. Además, puede consultar su histórico de ahorro de CO2 acumulado a lo largo del año.
Para establecerlo se ha contado con el apoyo de una consultora especializada en cambio climático y sostenibilidad, The Carbon Trust, que ha realizado los cálculos para el ahorro “neto” de los diferentes casos. Calcula tanto el CO2 evitado por desplazamiento como el incremento en consumo energético generado por el proceso digital. Sustrayendo el consumo del desplazamiento nos da el cálculo “neto” de CO2 evitado. Puedes conocer la metodología aplicada consultando este documento, aunque lo esencial reside en la fórmula establecida para cada uso.
Por ejemplo, una sola videoconsulta evita la emisión neta de 3,1 kg CO2, mientras que consultar un informe médico digital evita la emisión neta de 1,5 kg CO2. ¿Eso es mucho o es poco? Para responder a esta pregunta y con el objetivo de que el usuario pueda hacerse una idea más precisa acerca de cuál es su aportación personal, se han establecido una serie de equivalencias. Por ejemplo, los 3,1 kg de CO2 evitados por una videoconsulta corresponden a la cantidad de CO2 que pueden absorber 186 árboles en un día. En el caso del informe médico digital, la cantidad evitada corresponde a lo que pueden absorber 91 árboles en un día.
Se trata de una aportación bastante significativa, sobre todo, si se toma como referencia el volumen de videoconsultas o de informes médicos que pueden generarse al año, sumando las aportaciones de todos los clientes que optan por los servicios digitales de Sanitas. Así, por ejemplo, la digitalización de servicios como estos en Sanitas consiguió evitar la emisión de 6.655 toneladas de CO2 a la atmósfera en 2020
¿Cómo impacta el cuidado de la salud del planeta sobre la salud de las personas?
La salud de las personas está directamente relacionada con la salud del planeta, tal como muestran diversos estudios científicos y como defiende el concepto One Health, que habla de la relación entre la salud de los humanos, los animales y los ecosistemas. Un ejemplo de esta relación nos lo proporciona la Organización Mundial de la Salud, que calcula que cada año se producen 4,2 millones de muertes prematuras en el mundo a causa de la contaminación ambiental en el exterior.
La OMS establece que si se reducen los niveles de contaminación del aire, se reduce también la incidencia de algunas enfermedades, entre ellas, los ataques al corazón, el cáncer de pulmón, el ictus y las enfermedades respiratorias crónicas y agudas, incluida el asma. Y, cuanto más bajos sean los niveles de contaminación del aire, mejor será la salud cardiovascular y respiratoria de la población.
Proteger la biodiversidad también es beneficioso para nuestra salud. Según la ONU, el 75% de las nuevas enfermedades infecciosas se deben a la zoonosis. El origen zoonótico de estas enfermedades hace referencia a la transmisión de virus de animales a humanos, y se produce como consecuencia de fenómenos como la deforestación y la reducción de hábitats naturales. Este hecho, estaría detrás de brotes como la Covid-19.
Para proteger la salud de las personas es necesario, por tanto, proteger también la salud del planeta. Por eso, luchar contra la deforestación o los factores causantes del cambio climático, como el CO2 y otros gases de efecto invernadero (GEI), es uno de los grandes desafíos de nuestra era. Nos toca, actuar y así contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). De sus 17 objetivos, desde Sanitas ponemos especial foco en ODS nº3 dedicado a Salud y Bienestar, ODS nº12 Producción y Consumos responsables y ODS nº13 Acción por el clima.
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