Sentir dolor muscular y cansancio de forma debilitante, es decir, con sensibilidad en todo el cuerpo e imposibilidad de llevar una vida normal -los afectados ven reducida su actividad entre un 50 y un 80 por ciento– es un trastorno que se denomina fibromialgia. De causa desconocida, sin una cura por el momento, y más presente en las mujeres de mediana edad, es una enfermedad a menudo incomprendida. La celebración el 12 de mayo del Día Mundial de la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica, que afecta a más de 3 millones de personas en España, es un buen momento para conocer más a fondo esta patología.
Qué es la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica
La fibromialgia es un síndrome orgánico y multisistémico que genera zonas llamadas puntos sensibles en el cuerpo, en los que se siente dolor al presionarlos, por lo que merma la calidad de vida de los afectados. Generalmente, suelen estar en la espalda, el cuello, los hombros, los brazos, los codos, las piernas, las rodillas, la parte trasera de la cabeza e, incluso, la cadera. A pesar del dolor, los músculos y los órganos no sufren daño, ni corre peligro la vida de los aquejados.
Como sus síntomas son similares a los de otras muchas patologías, como el hipotiroidismo y la artritis, puede llevar tiempo su diagnóstico. Al no haber análisis clínicos ni pruebas de imágenes que determinen la presencia de fibromialgia, el proceso diagnóstico implica tener en cuenta la historia clínica familiar y personal, los síntomas y desde cuándo están presentes, medicamentos, vitaminas o suplementos que tome el paciente; realizar un examen físico y alguna prueba, como análisis de sangre, e ir descartando otras patologías.
Entre los síntomas de la fibromialgia están:
- Aumento de la sensibilidad al dolor.
- Dolor que se mueve por el cuerpo.
- Rigidez muscular al levantarse o espasmos musculares.
- Dolor de cabeza.
- Dificultad para dormir.
- Adormecimiento de pies, manos, brazos o piernas.
- Sentirse muy fatigado.
- Falta de memoria o problemas de concentración.
- Menstruación dolorosa.
Por su parte, el síndrome de fatiga crónica se caracteriza más por un cansancio extremo, que no se consigue eliminar con el descanso. Al igual que la fibromialgia, su diagnóstico es complejo, en parte porque presenta síntomas similares a otros trastornos. Dolor muscular, de cabeza, en articulaciones y de garganta; problemas de memoria y para dormir, inflamación de ganglios linfáticos y sentirse mal un día después de la práctica de ejercicio son algunas características de la fatiga crónica.
Causas
Las causas de ambos trastornos, que suelen ser crónicos o de larga duración, se desconocen, aunque en los dos casos es más frecuente en las mujeres -entre el 80 y el 90 por ciento de los diagnósticos de fibromialgia son en mujeres-, generalmente de entre 40 y 60 años. En el caso de la fibromialgia, se habla de cierta relación de algunos factores, como acontecimientos traumáticos, lesiones recurrentes, malestares o dolencias y algunas enfermedades -artritis reumatoide, lupus, artritis espinal-, y la posibilidad de que sea hereditario; mientras que se plantea que el síndrome de fatiga crónica puede desarrollarse por un sistema inmune débil o algún tipo de virus.
Las investigaciones sobre estos trastornos han permitido avanzar algo en este campo. Un estudio de expertos de la Universidad Tufts, en Massachussetts, Estados Unidos, sugiere que el síndrome de fatiga crónica podría desarrollarse a causa de una infección del nervio vagal central. Además, científicos del Instituto Riken y las universidades de Osaka y Kansai, en Japón, hallaron evidencia de neuroinflamación en pacientes son síndrome de fatiga crónica.
Un trabajo del Centro Nacional de Información Biotecnológica de Estados Unidos apuntó a la alteración de la temperatura corporal como posible desencadenante de la fibromialgia. Desde España también se han hecho aportaciones: una investigación dirigida por el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa identificó ocho moléculas y dos biomarcadores inmunológicos que podrían ayudar en el diagnóstico del síndrome de fatiga crónica.
Tratamientos
No existe una cura, sólo medicamentos como los analgésicos, antidepresivos, anti convulsivos y somníferos, para tratar algunos síntomas, como los dolores musculares, la alteración del sueño o el estrés, pero se pueden hacer cosas en la vida diaria para sentirse mejor. Muchos de los síntomas mejoran con el tiempo.
Los médicos aconsejan:
- Tomar la medicación tal y como se receta.
- Dormir lo suficiente.
- Hacer ejercicio, de forma gradual y regular, así como estiramientos y/o fisioterapia.
- Llevar una alimentación sana.
- Programarse una rutina diaria, en función de los momentos con más energía y menos dolor.
- Pedir apoyo a familiares o amigos.
- Reconocer el estrés y reducirlo, por ejemplo, con técnicas de respiración profunda o meditación, además de yoga, tai-chi o acupuntura.
- Adaptar el trabajo a la nueva situación.
- Expresar los sentimientos.
- Realizar actividades de concentración para mejorar la memoria y apuntar las cosas en listas.
Resultados
Mediante las pautas que recomiendan los especialistas, es posible que los síntomas mermen o, en ocasiones, desaparezcan. Por ejemplo, el ejercicio, al elevar los niveles de energía y la sensación de bienestar, tiene efectos curativos. Una buena alimentación, sin comidas copiosas ni comida rápida, alcohol o cafeína, ayudan a los afectados por estos trastornos a minimizar los síntomas y el malestar general. Otros cambios en el estilo de vida, como dormir más, son formas eficaces de tratar la fibromialgia.
Día Mundial de la Fibromialgia y la Fatiga Crónica
El 12 de mayo se celebra el Día Mundial de la Fibromialgia y la Fatiga Crónica desde 1992, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconoció por conmemorar el nacimiento de una reconocida enfermera, llamada Florence Nightingale, que fue diagnosticada a los 35 años con un trastorno con síntomas muy parecidos a los de estas enfermedades.
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