El estudio en cuestión ha sido llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Montreal (Canadá). Las conclusiones del mismo, tras analizar 2.055 familias y sus correspondientes descendientes del Estudio Longitudinal de Desarrollo Infantil de Quebec (una encuesta sobre los niños nacidos en esta zona), las expone así Linda Pagani, una de las autoras:
A los 10 años los niños que habían estado expuestos de forma intermitente o continua al humo del tabaco eran propensos a tener cinturas hasta casi 2 centímetros más anchas que sus compañeros. Y sus calificaciones de IMC eran propensas a estar entre 0,48 y 0,81 puntos más altas. Esta asociación prospectiva es casi tan grande como la influencia del consumo de tabaco durante el embarazo.
Este incremento del IMC debido a la exposición temprana al humo de los padres podría estar influyendo en desequilibrios endocrinos, alterando también el funcionamiento del desarrollo neurológico.
Los mecanismos por los que el humo de los hogares influyen negativamente en el sistema inmune, en el desarrollo neurológico y en procesos cardiovasculares son múltiples. Nuestros resultados subrayan la importancia de iniciativas de salud pública y la sensibilización de los padres dirigida a la reducción de exposición al humo del tabaco durante los años críticos de la primera infancia.
Otros efectos nocivos poco conocidos
Solo en Estados Unidos, cada año mueren 400.000 personas a causa del tabaco. A nivel mundial, mueren entre 2,5 y 5 millones de personas. Hasta 1950, después de sortear todas las trabas para la investigación y difusión de los efectos nocivos del tabaco, no se confirmó que el 96,5 % de los pacientes de cáncer de pulmón eran fumadores moderados y compulsivos. Lo cual deja en evidencia el retraso que llevamos en cuanto a prevención de los riesgos del tabaco.
En 1994, la FDA (Food and Drug Administration) trató de regular el contenido de los productos relacionados con el tabaco a escala federal, pero seis años después el Tribunal Supremo rechazó la iniciativa. Así que el tabaco continúa siendo una sustancia que se consume de forma generalizada a escala global, no solo afectando a los consumidores directos, sino a los indirectos. Porque, además de existir el humo de segunda mano, existe el humo de ‘tercera mano’.
Un estudio procedente de Israel publicado la revista Environmental Science & Technology revela, de hecho, que el humo de tercera mano podría ser más peligroso para la salud de lo que se pensaba hasta ahora.
El humo de tercera mano es la nicotina que queda atrapada en tejidos, alfombras y muebles, y que reacciona con el ozono de los espacios cerrados y produce otros contaminantes, algunos posiblemente más tóxicos que el propio tabaco. Este humo residual es especialmente peligroso para los niños, que gatean por alfombras impregnadas de humo de tabaco, tocan y hasta chupetean las superficies en las que se depositan las partículas perjudiciales.
Humo prenatal
El consumo de tabaco incluso resulta nocivo en el desarrollo prenatal de los niños, y cada vez se aportan más pruebas de todos los efectos adversos que se desarrollarán en la etapa adulta debido a esta circunstancia.
El consumo de tabaco durante el embarazo es la causa más frecuente de mortalidad perinatal y duplica la posibilidad de muerte súbita. También se aumentan las probabilidades de tener un parto prematuro, disminuye el peso del bebé, e incluso entorpece el desarrollo cognitivo. El neurólogo holandés Dick Swaab abunda en los efectos perniciosos del tabaco durante el embarazo en su libro Somos nuestro cerebro:
El niño tiene más posibilidades de desarrollar trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), comportamiento agresivo, impulsividad, problemas de lenguaje y de atención, y en el caso de niños varones también tiene sus efectos en el desarrollo de los testículos y futuros trastornos reproductivos.
Así pues, aunque solo fuera por las personas más indefensas de la sociedad, los niños, deberíamos cuidar en consecuencia cuándo fumamos y, sobre todo, dónde lo hacemos, estableciendo regulaciones para evitar que quienes no quieren fumar acaben fumando por el humo de segunda mano, de tercera mano e incluso prenatal. Y si, además, decidimos dejar de fumar, empezaremos a notar los beneficios al poco tiempo, tal y como refleja esta infografía:
Imágenes | Pixabay
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