Niños, Padres

Los niños nacidos sin nervio auditivo podrían volver a oír

Un implante auditivo en el tronco encefálico, conocido como ABI por sus siglas en inglés, constituye un notable paso adelante en los implantes cocleares que han permitido oír a muchas personas sordas.

Hasta ahora, los implantes cocleares enviaban impulsos al nervio auditivo, y de allí se transmitían hasta el cerebro, que procesaba el impulso como un sonido. Este tipo implante, sin embargo, no funciona con aquellos niños que nacen sin nervio auditivo funcional, indispensable para realizar esa conexión cerebral.

Pero los implantes ABI transmiten el impulso eléctrico directamente a las neuronas del tronco encefálico, y así permiten proporcionar audición también a los bebés que han nacido sin el nervio auditivo, que hasta ahora eran incapaces de oír de ninguna otra forma.

El proceso de convertir un sonido en algo que llegue al cerebro de un niño si nervio auditivo es el siguiente: un micrófono instalado en la oreja registra el sonido y un procesador lo transforma en señales eléctricas que son directamente transmitidas a un estimulador bajo la piel, que finalmente envía las señales a través de un conducto a los electrodos implantados quirúrgicamente en el tallo encefálico. Con todo, si bien los pacientes pueden percibir sonidos y entonaciones, los resultados pueden variar y la audición no se llega a restaurar por completo.

 

Un caso práctico

Uno de los casos de éxito en el que ABI ha devuelto la audición a un niño es el de Ángela López, de tres años de edad, una californiana nacida sin nervio auditivo que, por primera vez desde su nacimiento, ha empezado a percibir sonidos. Ángela, junto a otros niños, forma parte de un programa de pruebas del implante ABI.

La primera vez que el dispositivo produjo los  sonidos en el cerebro de Ángela, ésta se echó a llorar porque le asustaron aquellas señales que jamás había percibido. Cinco meses después, no obstante, Ángela ya fue capaz de emplear el lenguaje de sordos para identificar algunos sonidos, lo que permitió también que un grupo de terapeutas le empezaran a enseñar a pronunciar sus primeras palabras (la audición es la vía habitual para adquirir el lenguaje).

Este proceso de aprendizaje es indispensable en los niños que empiezan a oír con ABI porque, en palabras de Laurie Eisenberg, audióloga de la Universidad del Sur de California (USC):

Ángelica no va a oír como una niña de tres años sino como una recién nacida (…) Todos nuestros participantes en el estudio cuyos implantes se han activado avanzan a las velocidades esperadas o mejores. Somos optimistas de que, con una formación intensiva y apoyo a la familia, estos niños eventualmente serán capaces de hablar por teléfono.

Lanzado en marzo de 2014, y desarrollado por equipo multi-institucional de expertos en audición y comunicación liderado por la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC),el ABI ha sido ya probado en un estudio de tres años, apoyado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

El hecho de probar ABI es niños pequeños en este ensayo clínico es que se cree que los resultados serán mejores en ellos porque sus cerebros son más adaptables a la hora de acomodar un nuevo sentido del que carecían al nacer. Uno de los coautores del ensayo, Robert V. Shannon, profesor de la Escuela de Medicina Keck de USC, y científico líder en el desarrollo de la tecnología ABI desde 1989, abunda en las ventajas de ABI:

La pérdida de audición puede ser devastadora para el desarrollo social de los niños, y en algunos niños, implante auditivo en el tronco cerebral es su última oportunidad viable para oír. Varios de los niños pequeños que tenían ABI implantados fuera de Estados Unidos han buscado ayuda en el Centro de USC-CHLA para la Comunicación Infantil y sabemos ahora que tienen el potencial de entender el habla. Esto realmente muestra lo poderoso y flexible que es el cerebro. Al estudiar cómo el cerebro y el sistema funcionan juntos en la audición a través de este dispositivo, nuestro equipo establecerá el estándar de oro para el uso de esta tecnología.