Nutrición

Síntomas de la intolerancia a la lactosa

La intolerancia a la lactosa es una enfermedad ocasionada por la incapacidad de digerir lactosa, un azúcar encontrado en la leche

La intolerancia a la lactosa se ha convertido en una enfermedad más común de lo que pensamos. Es habitual que en nuestro entorno escuchemos quejas sobre los problemas de salud que ocasiona, que, si bien no es una enfermedad grave, sus síntomas son bastante molestos. Antes de detallar qué te puede estar diciendo que sufres de intolerancia a la lactosa, veremos de qué trata esta enfermedad.

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

La intolerancia a la lactosa tiene lugar cuando el cuerpo no produce una cantidad suficiente de la enzima lactasa. La lactasa es la responsable de descomponer la lactosa en dos azúcares más pequeños identificados como glucosa y galactosa.

Cuando tenemos poca lactasa en nuestro organismo, no descomponemos adecuadamente la lactosa en el intestino delgado. Al pasar al intestino grueso sin descomponer, las bacterias la fermentan y la transforman en gases y ácidos, ocasionando los incómodos síntomas.

Según estudios que ha realizado la comunidad científica y que han sido publicados en revistas como Nature Communications, hace 5.000 años ya existía la intolerancia a la lactosa. Fue por esta razón que los antiguos habitantes europeos adoptaron prácticas agrícolas entre el Neolítico, la Edad de Bronce y la Edad de Hierro, provocando grandes cambios genéticos en la humanidad.

Considerando que somos mamíferos programados para alimentarnos de leche en nuestra infancia, tiene sentido que gran parte de la población adulta sufra de intolerancia a la lactosa. Aproximadamente, a partir de los cuatro años, la producción de la enzima lactasa empieza a decaer, llegando a desaparecer cuando se es adulto.

Cuando los adultos consumen lactosa se desencadenan una serie de problemas digestivos relativamente leves, pero muy desagradables, que hacen muy difícil el consumo de la leche y sus derivados.

Síntomas de la intolerancia a la lactosa

Las personas que sufren de intolerancia a la lactosa pueden presentar uno o varios síntomas simultáneamente. Estas molestias se desencadenan tras la ingesta de la leche, sus derivados o productos que contengan lactosa. Estos son:

  • Náuseas
  • Dolor abdominal
  • Hinchazón abdominal
  • Sonidos abdominales o borborigmos
  • Distensión abdominal
  • Diarrea
  • Gases
  • Heces con olor fétido
  • Pérdida de peso
  • Estreñimiento por la disminución de la motilidad del intestino

enzima lactasa

Las molestias aparecen entre 30 minutos y dos horas después de la ingesta. La intensidad de los síntomas va a depender de varios factores:

  • Cantidad de lactosa ingerida
  • Tipo de lácteo consumido
  • La motilidad intestinal
  • Actividad de la lactasa
  • Capacidad del colon para absorber el agua
  • Otros alimentos consumidos
  • Actividad de la flora bacteriana

Los síntomas de la intolerancia a la lactosa son muy similares a los que producen otras enfermedades digestivas como la enfermedad de Crohn, la enfermedad Celíaca o la intolerancia a la proteína de la leche, por eso es muy importante diagnosticarla adecuadamente mediante la prueba de hidrógeno espirado, llamada también prueba del aliento con hidrógeno.

En esta prueba, la persona da una muestra de su aliento soplando dentro de un tubo y vuelve a dar otra muestra después de beber una solución de lactosa o de ingerir un alimento que contiene lactosa. Si la prueba es positiva, indicará una alta concentración de hidrógeno y metano, gases que se producen en altas cantidades cuando la lactosa no se digiere correctamente.

Otros síntomas inespecíficos que puede causar la intolerancia a la lactosa

En algunos individuos, la intolerancia a la lactosa puede causar una serie de síntomas llamados ‘sistémicos’. Estos no se presentan en el área intestinal y pueden ser provocados por la producción de metabolitos tóxicos como etanol, acetaldehído, péptidos, etc. Estos son:

  • Fatiga
  • Problemas cutáneos
  • Nerviosismo
  • Cefalea
  • Dolor muscular y articular
  • Úlceras bucales
  • Reacciones alérgicas
  • Sequedad en las mucosas
  • Falta de concentración
  • Depresión

¿Qué alternativas hay para las personas que no quieren renunciar a los lácteos?

Si eres intolerante a la lactosa y no quieres renunciar a los lácteos, existen en el mercado productos sin lactosa. En estas presentaciones de leches y derivados de lácteos como quesos, yogures, etc., la lactosa se ha eliminado o hidrolizado parcial o totalmente.

También es posible encontrar en la farmacia suplementos de lactasa en gotas, pastillas o cápsulas que ayudan a digerir la lactosa. El uso de este suplemento se recomienda de forma esporádica, por ejemplo si comes fuera de casa y no sabes si los alimentos que vas a consumir tienen lactosa. Para encontrar la dosis adecuada, lo más recomendable es que acudas al médico.