Alimentos, Nutrición

¿Cómo evitar picar entre comidas?

Es difícil evitar la tentación de picar entre horas. En este post, te proporcionamos una serie de consejos para seguir una dieta equilibrada sin que tengas ganas de picotear más de la cuenta.

Cuando se acude a un médico o nutricionista, la mayoría de las dietas suelen hacer hincapié en los beneficios de comer cinco veces al día. De esta manera, no tenemos mucha hambre a la siguiente toma, con lo que, en general, se previenen los picos de hambre y la necesidad de picar entre comidas.

La forma de distribuir las comidas suele ser dividir el desayuno en dos tomas, que pueden ser desayuno y almuerzo, e incluir una merienda entre la comida y la cena.

Normalmente, ni al desayunar, ni al almorzar, ni al merendar, se come tanto, como durante la comida, pero el no saltarse tomas tiene la ventaja de mantener los niveles de glucosa en sangre.

Distribuir la comida así ayuda también a comer menos cada vez y a que el cuerpo se acostumbre que no tiene que acumular, puesto que volverá a recibir comida en un tiempo razonable.

Otras recomendaciones se refieren a la velocidad con que se come, ya que, hacerlo despacio, además de ser mejor para la salud porque se mastica más, tiende a reducir la cantidad que se ingiere.

Bebe mucho líquido para evitar picar entre comidas

No debes olvidar que conviene beber mucho líquido a largo del día. Especialmente agua, infusiones, o zumos naturales. Se trata de otro de los consejos clásicos de los nutricionistas, y es que, esta costumbre, además de limpiar el cuerpo, es buena para reducir la sensación de hambre. Pues, el estómago se llena de líquido.

Disfruta de la fruta

En el desayuno, el almuerzo y la merienda, se recomienda comer fruta. Además de estar muy rica y tener fibra, puede servir de antídoto contra otro tipo de elecciones más adictivas, como el chocolate, el queso, los bollos, etc. Por ello, se recomienda mantener siempre un buen surtido de fruta apetecible.

Haz una compra premeditada

Aunque a veces no seamos demasiado conscientes de ello, la comida no se decide realmente cuando vamos a prepararla, sino que, en realidad la preparación se ajusta a lo que hemos decidido antes, concretamente, al tiempo de la compra.

picar a deshora

En este sentido, es importante ir a comprar siempre después de comer, sin hambre y con una lista de la compra detallada. Con ello, evitaremos comprar cosas que no hayamos decidido previamente o que no nos convengan.

La dieta debe ser variada, contener todo tipo de proteínas, como carne, pescado, huevos, leche y proteínas vegetales. Pero no deben olvidarse las verduras, productos hortícolas, legumbres…

Es recomendable reducir los productos de bollería, aunque puede incluirse algún tipo de snack o torta saciante.

A veces, un chicle sin azúcar durante un rato, puede hacer también que te disminuya el apetito y tengas menos ganas de picar entre horas.

Detecta el hambre emocional

A veces, es necesario pensar si realmente tenemos hambre o simplemente tenemos sueño o estamos cansados.

También es conveniente pararse a pensar qué tipo de hambre tenemos. ¿Se trata de un hambre físico? Es decir, ¿se come como respuesta a una señal de hambre por parte del cuerpo, que aparece de forma gradual? ¿Se come buscando alimentos sanos que nutren el cuerpo? ¿Se deja de comer cuando ya se está satisfecho?

O ¿se trata de un hambre emocional? Un hambre que aparece de repente, y no termina de satisfacerse con comida. Un hambre que deja una sensación de culpa.

¿Tiendes a comer alimentos con mucha carga calórica?

Si la respuesta es que sí, seguramente tienes un hambre emocional, o quizá solo sea un mal hábito. En el primer caso, debes ahondar en los motivos. La razón es que no comes por necesidad física, y tampoco te satisface la comida.

Ocúpate de la comida con anticipación cuando se pasa el día fuera de casa

Cuando se come fuera de casa, o se pasa la mayor parte del día fuera, es conveniente planificar la comida, pero no solo las comidas más importantes, como la comida y la cena, sino todas.

Por último, decir que, para no sucumbir a las tentaciones, es mejor mantenerlas a raya lo máximo posible.

Tampoco conviene exigirse demasiado. Si tienes unos hábitos o alimentos que te gustan, y que no forman parte de los más recomendables, conviene que cambies esos hábitos, pero no necesariamente que los excluyas en su totalidad. ¡Date recompensas de vez en cuando!