Si tenemos en cuenta que este tumor es la enfermedad que más años de vida resta a las mujeres españolas, no hay duda de que estamos hablando de una noticia extraordinariamente destacable.
Las conclusiones del estudio, además, son lo suficientemente sólidas porque el análisis se ha realizado en un plazo de tiempo muy amplio y con un número de personas muy elevado.
Concretamente, la investigación, que ha sido publicada en la revista JAMA (Journal of the American Medical Association) Internal Medicine, empezó en el año 2003 y contó con la participación de 4.282 mujeres españolas de entre 60 y 80 años con alto riesgo de enfermedad cardiovascular.
Las participantes se dividieron en tres grupos formados aleatoriamente. El primer grupo siguió una dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen extra. El segundo grupo se sometió a una dieta mediterránea con frutos secos aparte del aceite de oliva. El tercer grupo siguió una dieta basada esencialmente en la reducción de grasas.
Tras 4,8 años de media siguiendo estas tres dietas, se realizó a las participantes una serie de entrevistas y análisis bioquímicos, concluyendo que los dos primeros grupos presentaban un riesgo dos terceras partes más bajo de sufrir cáncer de mama que el tercer grupo.
Una dieta preventiva
Según el estudio publicado en JAMA, pues, el aceite de oliva virgen extra reduce el riesgo de padecer tumores. Tal y como explica Miguel Angel Martínez-González, coordinador del trabajo:
Lo esperable con esa asignación al azar, si la dieta no tuviese efecto alguno, es que las tasas de cáncer fuesen las mismas para todas las mujeres […] estimamos que por cada 5% más de calorías que vengan de este tipo de aceite, el riesgo de desarrollar cáncer de mama se reduce hasta en un 28%.
Introducir en nuestra vida cotidiana la dieta mediterránea, pues, constituye un elemento preventivo imprescindible para nuestra salud, no solo para prevenir el cáncer, sino también otras enfermedades, tal y como destaca Estefanía Toledo, investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra y primera autora del estudio:
En este sentido, la intervención dietética puede resultar especialmente valiosa porque puede aplicarse desde los centros de atención primaria (los centros de salud) y, en el caso de la dieta mediterránea, puede aportar otros beneficios ya demostrados, como la prevención de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y obesidad.
El 16 de noviembre de 2010, la dieta mediterránea fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y básicamente consiste en el alto consumo de productos vegetales (frutas, verduras, legumbres, frutos secos), pan y otros cereales (siendo el trigo el alimento base), el aceite de oliva como grasa principal, el vinagre y el consumo regular de vino en cantidades moderadas.
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