Puede pensarse que comer fuera de casa es una elección y que, si uno no quiere salirse de nuestra dieta, mejor no hacerlo. Pero, en muchas ocasiones, comer fuera se vuelve obligación ante la apretada agenda, y oye, ¿por qué no darse un capricho culinario aunque sea saludable?
Para poder disfrutar de esas comidas fuera de casa y mantenernos fieles a nuestra dieta hay varios consejos que puedes aplicar.
Comer sano, pero no pensar mal de los restaurantes de comida rápida
En muchas ocasiones, hemos quedado para comer y la opción elegida entre la mayoría ha sido ir a algún restaurante de comida rápida, aun así no pienses que no tienes opciones.
Es difícil resistirse a esa hamburguesa o pizza que huele tan bien pero, una vez superada esa sensación inicial, sólo nos queda mirar la carta y seguro que en ella tienen alguna ensalada o alguna opción más ligera.
En estos casos, lo que hay que tener muy en cuenta es que esas ensaladas pueden incluir salsas, picatostes o algún aderezo menos saludable. Solo tienes que consultar que lleva y especificar que te lo retiren de tu plato.
Escoger con cabeza
Si eres tú quien va a escoger el restaurante para esa velada dedica unos minutos a consultar varias opciones. Actualmente la mayoría de restaurantes tiene accesible en su página la carta. Lee varias y escoge la que creas más conveniente para ti y tus acompañantes.
Seguro que sin salirte de la zona en la que estás buscando encuentras algún local especializado en pescado a la brasa o en recetas con verduras.
La preparación previa
Si sabes con antelación cuando vas a salir a comer fuera y no quieres dejarte llevarte por algún plato menos saludable para tu dieta, lo ideal es que no tengas sensación de hambre o ansiedad en el momento de la elección.
Para ello puedes picar algún alimento que te sacie un rato antes de acudir a tu cena y comida. Algo de fruta será perfecto, pero seguro que tienes un tentempié saludable que ya es tu favorito.
Piensa en lo que bebes
Muchas veces fallamos en nuestra dieta por no pensar en las bebidas que ingerimos a lo largo del día y además, si sales a comer fuera es más fácil que te dejes llevar por un refresco o una cerveza. Piensa antes de pedir tu bebida y recuerda que el alcohol suma muchas calorías.
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