Nochebuena, Nochevieja, la comida de Navidad… La cantidad de celebraciones que se aglomeran en un corto periodo de tiempo hacen de las fechas navideñas unos días muy especiales. Pero a pesar de todas las cosas buenas, hay algunos problemas que aparecen después de tantos excesos. Uno de ellos es la acidez de estómago.

Este malestar puede resultar un lastre para seguir disfrutando de las fiestas, pero sabiendo cuál es el enemigo, es más fácil combatirlo. Cuando conoces la acidez estomacal, sabes cuáles son las conductas que la refuerzan y cuáles la desactivan. A continuación, te damos algunos trucos que te serán de ayuda en esta lucha y que, bien aplicados, mantendrán a la acidez de estómago lejos de ti.

Evitar la acidez en cenas navideñas

Comer mucho y muy deprisa suele ser el principal causante de esta acidez estomacal, por lo que el primer consejo que daremos es el más obvio: no comas demasiado, aunque sabemos que en estas fechas es difícil, intenta no pasarte demasiado.

También es importante que lo que comas lo comas con calma. Mastica bien la comida y no la engullas como si no hubiera un mañana. Tómate tu tiempo: comer no es una carrera, ¡disfruta de la comida! También es importante que esté templada, no excesivamente fría ni caliente.

¿Quién no se ha desabrochado el botón del pantalón después de terminar una comida pesada? Esto lo hacemos para que nuestro estómago no esté apretado y pueda realizar sus funciones con comodidad. Por ello, es recomendable no utilizar ropa demasiado ajustada.

Es importante también darle tiempo a la digestión, ya que esta necesita su momento y esta energía que no puedes dedicársela a otras actividades si quieres que se haga correctamente.

No hagas movimientos bruscos o actividades que requieran de un desgaste físico después de comer, de ahí que las charlas de sobremesa sean la mejor opción mientras se hace la digestión.

Si aún así no has conseguido frenar la acidez estomacal y el reflujo de tu estómago no te está permitiendo disfrutar de las fiestas navideñas, siempre puedes recurrir a un antiácido, ya que están diseñados precisamente para ayudar con la digestión. No hay comida pesada que un omeprazol o un Almax no pueda salvar.