Así explicado parece muy fácil, pero es posible que muchos no lo estemos haciendo del todo bien porque en esto de la salud dental también se investiga constantemente.
Las nuevas recomendaciones pueden sorprender a más de uno y por eso os las contamos con esta infografía que esperamos que os sirva de ayuda para cuidar más y mejor nuestra boca.
1. Lavar los dientes después de cada comida
El primer consejo dice que debemos lavarnos los dientes, siempre que sea posible, después de cada comida para evitar que los microbios que están adheridos a ellos transformen la comida en un ácido agresivo que pueda atacar el esmalte. Obviamente, la noche es el momento más importante para hacerlo, pues pasarán muchas horas hasta que volvamos a consumir otro alimento o bebamos un vaso de agua.
2. El movimiento ideal es vertical
Aunque muchos estamos habituados a lavar los dientes haciendo movimientos de lado a lado, la lógica dice que, para no mover los restos de alimentos de un diente a otro con el riesgo de dejarlos finalmente bajo la encía, lo que tenemos que hacer es mover el cepillo de la encía hacia el final del diente. Además, no debemos olvidar la lengua y los espacios entre los dientes.
3. Qué cepillo es mejor
En realidad no hay un cepillo perfecto para todas las personas. Cada una debe encontrar el que le vaya mejor, siendo el ideal aquel que permita llegar a todos los rincones posibles. Las cerdas deben ser sintéticas, que son más duraderas y consistentes, y es importante cambiarlo cada dos o tres meses.
Los cepillos eléctricos son una buena opción, pues tienen una forma más pequeña, permiten limpiar bien las encías y con sus movimientos ayudan a eliminar la placa bacteriana.
4. Agua, pasta e hilo, por este orden
Mucha gente, porque así lo veíamos en los anuncios de la tele y en las fotos, ponemos pasta llenando todo el cepillo, la mojamos y luego nos cepillamos durante un tiempo indeterminado. Esta manera de hacerlo ha resultado no ser adecuada porque al utilizar demasiada pasta tenemos la sensación enseguida de que ya hemos acabado, no llegando a los dos minutos recomendados. Además, generamos tanta espuma en la boca que al final nos tenemos que enjuagar sí o sí.
El cepillado ideal es aquel en que empezamos con el cepillo mojado de agua para ir despegando los restos de alimentos de los dientes. Cuando ya estamos acabando añadimos un poco de pasta al cepillo (una cantidad del tamaño de un guisante) y la aplicamos a los dientes, sin enjuagarnos al final (si nos queda espuma en la boca la podemos escupir, que siempre será mejor opción que tragarla). Esto hace que los dejemos con el flúor de la pasta y que, en consecuencia, queden mucho más protegidos.
En uno de los cepillados del día, preferiblemente en el de la noche, utilizamos al final hilo dental, que nos irá genial para eliminar todos los restos de los espacios interdentales. Mucha gente no es consciente, pero hay caries que afectan a ambos dientes por dejar restos de alimento entre los dos.
5. Últimos consejos
- El colutorio es opcional después del cepillado, aunque recomendado. Eso sí, nunca sustituye al cepillado.
- No comer entre horas y, si se hace, no abusar de los dulces, que son los que más daño hacen a los dientes.
- Acudir al dentista para hacer una revisión, mínimo una vez al año y consultarle acerca de la limpieza bucal periódica.
Más información | Fundación dental
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