Pues es lo que también deberíamos hacer con nuestro cuerpo antes de comenzar a hacer ejercicio: le vamos a demandar un esfuerzo importante y vamos a someterlo a una situación de estrés y es necesario que nos aseguremos de que todo funciona bien antes de ponernos manos a la obra. Por eso es importante que nos hagamos una prueba de esfuerzo.
¿En qué consiste una prueba de esfuerzo?
La prueba de esfuerzo se realiza junto con un conjunto de mediciones realizadas por profesionales de la medicina para valorar la condición física de una persona. Un examen completo consiste en varias pruebas: examen de la postura corporal y de la correcta alineación corporal para comprobar que no existen descompensaciones musculares, pesaje y toma de medidas, auscultación, una pequeña prueba de fuerza y flexibilidad y, lo más importante, la propia prueba de esfuerzo.
Durante la prueba de esfuerzo el deportista realiza ejercicio sobre una cinta de correr o una bicicleta estática con una intensidad progresiva (se va subiendo de intensidad cada minuto) mientras lleva una máscara para realizar la espirometría (análisis de gases) y se monitoriza su ritmo cardíaco de forma constante. Según el tipo de prueba que sea, se utiliza una máscara para analizar los gases y se realizan pequeñas mediciones de sangre para ir viendo cuáles son los índices de lactato.
No es una prueba larga: suele durar unos 15 minutos, y lo único que tendremos que hacer es correr al ritmo que nos indiquen.
¿Qué datos me aporta una prueba de esfuerzo?
- Cuál es nuestra frecuencia cardíaca máxima: como os hemos comentado anteriormente, a nivel usuario podemos determinarla con una fórmula matemática (FCM = 220 – edad), pero una prueba de esfuerzo nos dará una información mucho más precisa y totalmente personalizada. Conocer nuestra frecuencia cardíaca máxima, o el límite de latidos de nuestro corazón, nos ayudará a calcular nuestros ritmos de entrenamiento; algo muy útil si realizamos entrenamiento aeróbico.
- Cuál es nuestro consumo máximo de oxígeno (VO2 máx): es la máxima cantidad de oxígeno que nuestro cuerpo puede procesar. Cuanto más alto sea este valor, más resistencia tendremos durante el ejercicio.
- Dónde se encuentra nuestro umbral aeróbico (VT1): el umbral aeróbico es el rango de pulsaciones en el que debemos entrenar si lo que queremos es entrenar la resistencia, puesto que obtenemos energía del metabolismo aeróbico del organismo. Este dato nos dirá en qué rango de pulsaciones tenemos que mantenernos.
- Dónde se encuentra nuestro umbral anaeróbico (VT2): al pasar del metabolismo aeróbico al anaeróbico comenzamos a acumular fatiga y ácido láctico. Si eres corredor, este dato será muy útil a la hora de calcular a qué ritmo debes realizar las series de velocidad.
Las pruebas de esfuerzo se realizan en los centros de medicina deportiva y suelen costar entre 100 y 180 euros. Son muy recomendables para cualquier persona que haga deporte, ya sea que esté comenzando o que desee realizarse un chequeo. Si estás pensando en realizar una prueba de alto nivel, como un maratón o un Ironman, la prueba de esfuerzo es un requisito imprescindible para tu seguridad.
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Jaime prieto
Francisco corredor