A la hora de realizar las diferentes actividades del día a día, y sobre todo cuando las posturas corporales se mantienen intensamente por tiempos prolongados en el hogar o en el trabajo, la postura correcta del cuerpo es básica para prevenir daños mayores en un futuro. Tenemos que tener en cuenta la ergonomía, es decir, la disciplina que estudia la relación entre el entorno de trabajo y la postura corporal.
Posturas inadecuadas en el ordenador de la oficina, cuando miras el teléfono móvil, el bolso con demasiado peso, los niños en brazos… los malos hábitos cotidianos están a la orden del día.
Una postura correcta es la posición adecuada que debemos adoptar con el cuerpo en un determinado momento, ya sea de pie, tumbado, sentado o realizando cualquier tipo de actividad al movernos. Las posturas pueden ser estáticas (no hay movimiento del cuerpo) o dinámicas (sí hay movimiento corporal).
La ergonomía, algo fundamental para nuestro bienestar
Debemos de conocer bien cómo nos movemos para evitar lesiones que pueden pasar de ser una leve molestia a una, por ejemplo, atrofia muscular permanente. Para conocer y prevenir todo lo posible, vamos a reflexionar sobre las situaciones más cotidianas que se dan a la hora de adoptar posturas con nuestro cuerpo. Por ejemplo, es muy aconsejable cambiar de posición cada 30 minutos y realizar estiramientos para tonificarlo.
Nuestro cuerpo, de abajo hacia arriba
Comencemos por los pies: Al estar de pie o sentados, los pies deben de estar en una posición horizontal, apoyados en su totalidad sobre el suelo. Si pisamos solo con una parte o con el pie algo flexionado sobre el suelo, notaremos que se adormece y que puede producir cierto hormigueo; lo que anuncia que esa posición no es natural ni correcta.
Posturas para estar de pie correctamente
Cuando estamos en posición vertical sobre los pies, en ocasiones, tenemos vicios posturales adquiridos que no son correctos. Por ejemplo, tener los pies apuntando hacia los laterales; es decir, no están rectos y mirando hacia el frente. Es muy importante que los pies estén alineados con las caderas para lograr una posición más adecuada.
Focalizando en la columna vertebral y sus músculos
Subimos por la espalda: Como si del tronco de un árbol se tratara, la espalda soporta todas las extremidades del cuerpo y nos mantiene en equilibrio.
Las lesiones más comunes en la espalda son las torceduras, distensiones musculares o esguinces (estas lesiones leves deben de tratarse con cuidado porque, de una pequeña molestia, pueden surgir más complicaciones si no se recupera adecuadamente). Por otro lado, tenemos hernias de disco y vértebras fracturadas; ante estas lesiones, es urgente ir al Médico de Familia y al Especialista.
Postura correcta para la espalda
Para tener una espalda sana, debemos mantenerla recta, sin echar los hombros hacia adelante y siempre siendo conscientes de que, aunque nos parezca una postura forzada, es la que el cuerpo debe mantener. Esto es, mirar al frente con la cabeza levantada es mejor que ir mirando al suelo, que suele ser una tendencia errónea y perjudicial para la espalda.
En el trabajo, emplea accesorios especiales y sillas ergonómicas, que alivian la tensión y descargan la columna vertebral. Evita también llevar tacones altos, ya que pueden alterar el centro de gravedad, aspecto que afecta a la postura negativamente.
Pasear a diario durante, al menos, una hora en posición correcta es muy beneficioso para todo el cuerpo, tonifica la espalda, y siendo conscientes de cada movimiento que hacemos, lograremos un mayor bienestar.
Es aconsejable adquirir unos hábitos saludables, mejorando las posturas en las tareas específicas que se realizan diariamente con el fin de prevenir posibles lesiones, ya que la espalda es la parte de nuestra anatomía que más acusa las situaciones de sobrecarga.
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