Deporte, Entrenamiento

Electroestimulación: ¿es para todos? ¿es para mí?

El entrenamiento con chaleco electroestimulador ha sido una de las grandes novedades en fitness este año.

Se trata de un método que combina el entrenamiento pasivo a través de la electroestimulación con el trabajo muscular activo y voluntario, pudiendo reclutar de este modo más fibras musculares y consiguiendo un trabajo mucho más intenso en mucho menos tiempo.

Suena bien, ¿verdad? Dedicaríamos menos tiempo a entrenar obteniendo mejores resultados. Pero el entrenamiento con electroestimulación también tiene una serie de desventajas. Por un lado, al tratarse de una novedad no hay suficientes estudios que respalden su eficacia, y sobre todo no sabemos qué efectos puede generar a largo plazo. Por otra parte, el ejercicio físico es mucho más que alcanzar el cuerpo deseado a nivel estético: a través del deporte trabajamos otros valores como el trabajo en equipo o la adherencia a una vida sana.

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¿Cuándo utilizar la electroestimulación con chaleco?

En el caso de deportistas ya entrenados que quieran mejorar sus capacidades físicas, el entrenamiento con chaleco de electroestimulación, siempre combinado con sesiones de entrenamiento tradicional, puede ser de gran ayuda. Una sesión a la semana es más que suficiente para combinar los dos tipos de entrenamiento.

En el caso de personas sedentarias que quieren acercarse por primera vez al ejercicio físico, es mejor comenzar aprendiendo la técnica correcta de los ejercicios mediante el entrenamiento en sala o con un entrenador personal para después pasar a combinar estos entrenamientos con el chaleco electroestimulador.

¿Cómo funciona el entrenamiento con chaleco de electroestimulación?

Electroestimulación

Nuestros músculos se mueven gracias a las órdenes que nuestro cerebro envía hasta ellos en forma de impulsos eléctricos: estas órdenes viajan a través de nuestro sistema nervioso hasta que llegan a las fibras musculares, que se activan según nuestro requerimiento.

Lo que conseguimos con el uso del chaleco de electroestimulación es saltarnos el paso de emitir la orden de movimiento desde el cerebro. El impulso eléctrico es generado por la máquina y llega directamente hasta las fibras musculares sin necesidad de pasar por nuestro sistema nervioso. De esta forma conseguimos un entrenamiento pasivo en el que el músculo trabaja gracias a un estímulo externo.

Pero es necesario combinar este entrenamiento pasivo con otro activo: de esta manera, mientras tenemos puesto el chaleco electroestimulador y estamos recibiendo los impulsos eléctricos generados por la máquina, también debemos mantenernos en movimiento. El entrenador personal que nos entrene nos irá indicando los ejercicios a realizar, generalmente para trabajar todo nuestro cuerpo.

¿Qué contraindicaciones tiene?

La electroestimulación con chaleco no es apta para todo el mundo: quedan excluidos de esta práctica las mujeres embarazadas, las personas con problemas de circulación o enfermedades cardiovasculares, los portadores de marcapasos, las personas con síndrome metabólico (diabetes, hipertensión u obesidad), las personas con epilepsia, las personas con patologías del metabolismo o enfermedades que afecten al metabolismo muscular y las personas con hernias de abdomen o inguinales.

Además, el entrenamiento con chaleco de electroestimulación es un entrenamiento de una gran intensidad (por eso las sesiones no duran más de 20 minutos) y existe riesgo de rabdomiólisis, un síndrome producido por un excesivo daño muscular del que se empiezan a documentar los primeros casos.

No debemos olvidar que el ejercicio físico siempre debe ir relacionado con la mejora de nuestra salud: consulta con un profesional deportivo antes de comenzar un entrenamiento.